Categoría: Blog

¿Qué es el trauma y por qué se está hablando tanto de él?

¿Qué es el trauma y por qué se está hablando tanto de él?

Como ya os explicábamos hace unos meses en este otro artículo, el trauma no es algo separado de la cotidianidad, ni único de aquellas personas que se han visto expuestas a grandes tragedias. La idea de trauma, que históricamente se había asociado a estos hechos excepcionales ha sido revisada, dado que diferentes personas responden de forma diversa a las mismas vivencias. Esto nos ha hecho comprender que el trauma no tiene que ver con la naturaleza del evento o la situación vivida solamente, si no con el grado de ajuste entre la situación y los recursos personales o sociales que había en ese momento para poder procesar adecuadamente lo sucedido. 

Es decir, algunas situaciones pueden ser traumáticas para algunas personas y para otras no, en función de cómo haya podido enfrentarse a esa situación. Ante una situación muy estresante, que supera nuestra capacidad de gestionar y procesar el cerebro elige siempre, como no podía ser de otra forma, sobrevivir. Para ello, entra en “modo supervivencia” y nos permite transitar, de una forma u otra, una situación que parecía imposible, pero en este transitar deja algunas cosas fuera. Lo que caracteriza este “modo supervivencia”, es que el cerebro prioriza el funcionamiento de algunas áreas cerebrales sobre otras. El cerebro, intoxicado de miedo y estrés es incapaz de generar un recuerdo normal, y en ocasiones llega a conclusiones incorrectas sobre algunos hechos.

Una vez que ocurren una o varias experiencias de estas características el cerebro aprende que estos estímulos son peligrosos, con independencia de que así sea y los estímulos parecidos, también. 

Voy a contaros el ejemplo de la serpiente de plástico, que es una de mis metáforas favoritas para explicar esto en consulta. 

Si estando en la consulta te cae una serpiente de plástico del techo, das un brinco. Antes de dar ese brinco no te planteas que en una consulta de psicología es muy improbable que haya una serpiente, que probablemente sea una broma… Primero brincas y piensas después.

Nuestro cerebro mamífero sabe que las serpientes son peligrosas y tiene sentido que haya aprendido a responder así, pero un cerebro que ha sido expuesto a situaciones traumáticas (que le han hecho entrar en modo supervivencia), puede responder así también a otras situaciones de “plástico”. 

Por ejemplo, si nos mordió un perro podemos tener miedo a cualquier perro, o a cualquier animal, por inofensivo que sea, si sufrimos violencia en una relación sexual puede que seamos incapaces de tener una relación sexual que no nos dispare ese modo “miedo y alarma”, aunque sea un momento deseado. Como trataba de explicar antes, estos aprendizajes también ocurren en relación a eventos no tan terribles o igualmente terribles, pero en menores cantidades. Y es que se puede hacer un agujero en la pared dando un martillazo o dejando caer incansables gotitas de agua. Por ello, también podemos hablar de trauma, por ejemplo, en una relación madre – hijo en la que la madre se desregula y grita cada vez que el hijo hace algo mal. Una madre enfurecida también manda a un cerebro infantil la señal de “peligro” y le puede hacer entrar en modo supervivencia. En este modo, como decíamos, el cerebro no procesa bien y no piensa bien, es fácil entonces llegar a conclusiones erróneas como: “mi madre me gritaba porque yo era muy malo”. Estas creencias, llamadas creencias limitantes, son otro de los grandes síntomas del trauma.

Las cosas en psicología son muy complejas y esto es una sobre-simplificación, pero creo que es suficiente para que podamos compartir una idea general sobre de qué estamos hablando cuando hablamos de trauma.


¿Cómo trabajar el trauma en terapia?

El cerebro que nos ha puesto en este aprieto es el mismo que nos da la pista de lo que necesitamos y es que, a pesar de ponernos en situaciones difíciles, no da puntada sin hilo. 

Uno de los síntomas más frecuentes del Trastorno de Estrés Postraumático son los flashbacks, tanto en estado de vigilia, como en forma de pesadillas. En estos flashbacks no solo se recuerda, si no que se re-experimenta lo sucedido en el evento o eventos traumáticos. 

Tenemos que pensar, que una vez que ha sucedido algo traumático, nuestro cerebro no puede permitirse olvidarlo, es una pieza de información importantísima para nuestra supervivencia y hay un deseo grande de protegernos. En otras ocasiones, el cerebro puede bloquear algunos recuerdos de naturaleza traumática, porque no olvidemos, que aunque pueda hacernos daño, el cerebro primará siempre la supervivencia, pero podemos hablar de este otro mecanismo en otro momento. La pista la tenemos en el primero de los mecanismos.

Entender estos síntomas funcionalmente es relevante para comprender cómo y por qué funciona el EMDR. Además de no querer olvidar algo que es evidentemente muy relevante, este recuerdo, que puede ser muy desagradable, también ocurre desde un cierto conocimiento de que lo ocurrido no ha podido ser procesado. Por ello, el cerebro nos da nuevas oportunidades de revivirlo para tratar de procesarlo adecuadamente. De hecho, en algunas ocasiones, el sistema es suficientemente bueno y aunque en los primeros momentos puedan aparecer estos síntomas, el propio síntoma es suficiente para garantizar la integración. En otras ocasiones esto no es así. 

El EMDR (siglas que en inglés significan Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares) es una técnica con una amplia evidencia científica, que se basa en efectivamente revivir este recuerdo tan difícil, tantas veces sea necesario hasta que sea adecuadamente procesado. Para que este proceso no sea re-traumatizante, los terapeutas EMDR y la investigación han diseñado diferentes protocolos que facilitan la integración a través de diferentes procedimientos que envían al cerebro la señal de que está suficientemente seguro. A través de diferentes técnicas de estimulación bilateral y de la seguridad propia de un espacio terapéutico, podemos darnos la oportunidad en un entorno seguro, de teniendo, ahora sí, la capacidad suficiente para integrar el hecho traumático, poder revivir la experiencia, para que pueda ser integrada correctamente. 

 

Puedes leer más sobre este tema en el libro: El trauma psíquico es de todos: rompe el silencio (2021) de Begoña Aznárez.

 

Acoso escolar

Acoso escolar

En los últimos años, se ha producido un cambio en la sociedad que ha puesto en el punto de mira la violencia en distintos ámbitos de las relaciones sociales, lo cual, ha permitido una mayor visibilidad de fenómenos como el que aquí comentamos hoy.

El acoso escolar o bullying es una problemática social importante que merece especial atención dada su prevalencia y los efectos significativos en la salud mental y el bienestar de quienes lo padecen. La ausencia de estudios años atrás, no permite esclarecer si a día de hoy existe una mayor incidencia y gravedad de este fenómeno o si, actualmente, se le da la importancia que merece en comparación con antaño, y por ello, se ha empezado a visibilizar en mayor medida.  

Freepik – Gpointstudio

¿Qué entendemos por acoso escolar?

El acoso escolar es cualquier forma de maltrato – psicológico, verbal o físico-  (insultos, amenazas, agresiones físicas, exclusión, etc.) producido por uno o varios agresores hacia una víctima, de manera reiterada en el tiempo y donde existe una desigualdad de poder entre agresor y víctima.

Con esto, es importante tener en cuenta que se trata de una conducta: 

  • Intencionada: donde la persona que agrede ejerce una conducta deliberada con el propósito de dañar o humillar a la otra persona. 
  • Persiste en el tiempo: el maltrato se da de forma reiterada. A diferencia de episodios aislados de violencia que, aunque igualmente no deben ser tolerados, no se consideran acoso escolar.
  • Existe un desequilibrio de poder: la persona agresora actúa con el deseo de dominar al otro y, la víctima, se encuentra en una situación de indefensión.

En los últimos años, ha surgido una nueva modalidad en el ejercicio de este tipo de violencia, a través de las redes sociales, que se conoce como cyberbullying. Este emergente, ha supuesto que el acoso no se produzca únicamente en el entorno escolar sino también en lo que entendemos por ciberespacio. Esto puede dificultar su prevención e intervención y puede ser más victimizante para quienes lo sufren, al tener mayor dificultad para “escapar” del mismo.

Consecuencias

El acoso escolar no es un proceso aislado que tenga lugar únicamente entre víctima y agresor sino que se desarrolla en un contexto social amplio. Por ello, en este fenómeno grupal, existen tres tipos de protagonistas: agresor, víctima y espectadores. Pueden oscilar entre los que apoyan a los acosadores o a las víctimas, o los que permanecen más “pasivos” ante la violencia.

Debemos tener en cuenta que el acoso escolar tiene consecuencias, aunque de diferente magnitud, para todos ellos.

Por un lado, para las víctimas, el bullying puede generar consecuencias emocionales y psicológicas muy negativas tales como: baja autoestima, estrés, depresión, insatisfacción vital o problemas psicosomáticos, entre otros.

En el otro lado, los agresores pueden desarrollar falta de empatía y de habilidades sociales, dificultando el establecimiento de relaciones sanas en el futuro, estableciéndose creencias erróneas sobre el uso de la violencia, además de tener implicaciones legales.

Por último, tanto los espectadores como la víctima y los agresores, deben enfrentar un escenario de violencia en el centro escolar, con las consecuencias que eso conlleva al constituir uno de sus principales ambientes de desarrollo individual y social.

Freepik

¿Cómo actuar?

Existen en la literatura muchos factores de vulnerabilidad (individuales, familiares, escolares) para terminar desarrollando cualquiera de estos papeles. Por ello, es importante trabajar en la prevención, tanto desde las escuelas como desde el hogar, educando en el buen trato para que los menores puedan detectar la violencia y evitar ejercerla. Sin embargo, cuando la prevención falla y se detecta el acoso escolar, es importante intervenir, no sólo con las víctimas sino también con las personas agresoras.

Los centros escolares desarrollan sus propios protocolos de prevención, detección e intervención sobre el acoso escolar que quedan recogidos en sus Reglamentos de Régimen Interno. Es importante que, si eres padre o madre de algún menor que está sufriendo o ejerciendo acoso escolar, puedas ponerlo en conocimiento de su centro educativo para que lleven a cabo las acciones pertinentes.

Por un lado, el trabajo con las personas agresoras que ejercen el bullying es primordial para el cese del mismo. Es importante hacerle comprender las consecuencias de sus acciones en los demás y ayudarle a desarrollar empatía y habilidades sociales positivas. Igualmente, es necesario establecer consecuencias sobre sus actos y que pueda responsabilizarse de los mismos para promover el cambio. Si alguien te ha comentado la posibilidad de que tu hijo o hija esté siendo agresora:

  • Habla con él/ella sobre su comportamiento y ayúdale a comprender el impacto de sus acciones. Es importante intentar promover la empatía.
  • Establece consecuencias coherentes y consistentes sobre su comportamiento.
  • Ponlo en conocimiento del centro educativo si aún no tienen constancia de la situación.
  • Si su comportamiento persiste en el tiempo o se agrava, es importante poder buscar ayuda para trabajarlo.

Por otro lado, el trabajo con la víctima de acoso escolar es fundamental para abordar las consecuencias psicológicas y emocionales del mismo. Es importante crear un entorno de seguridad que permita que pueda expresar sus experiencias y necesidades, siendo validado y reconocido. Si alguien te ha comentado la posibilidad de que tu hijo o hija esté siendo víctima:

  • Escucha y valida sus emociones, mostrándole apoyo y afecto. Es importante que no todos los temas de conversación con los menores sean sobre el acoso, son más cosas que eso, y que podamos desculpabilizarles de recibir esa violencia. 
  • Ponlo en conocimiento del centro educativo o, si por edad procede, acompáñale a compartirlo con su persona de referencia.
  • Facilítale estrategias de seguridad, como alejarse de la situación o pedir ayuda hacia algún adulto cuando se sienta inseguro.
  • Fomenta las actividades sociales en entornos donde pueda establecer relaciones sociales saludables.
  • Si consideras que presenta sintomatología elevada (problemas de sueño, sintomatología ansiosa o depresiva, dificultades en el establecimiento de relaciones sociales, etc.) mantenida en el tiempo, es importante poder buscar ayuda para trabajarlo.

Y recuerda que…

El acoso escolar es una problemática social que puede tener efectos a largo plazo en la salud mental y el bienestar de los menores. Si consideras que no cuentas con las herramientas suficientes para acompañar a una persona que lo está sufriendo o ejerciendo, no dudes en buscar ayuda.

En Pons Psicología, podemos ayudarte. 

Miedo a equivocarse

Miedo a equivocarse

¿Te suena la sensación de estar perdido o perdida sin saber exactamente qué quieres hacer?

Muchas personas sienten que están atascadas en un punto de su vida. Sienten que no pueden avanzar, aunque, aparentemente, todo indica a que podrían hacerlo. Sin embargo, les frena la posibilidad de fracasar o hacerlo mal. Ahí surge el Miedo. Miedo a equivocarse, sostenido por la vergüenza, que aflora cuando existe de la posibilidad de fallar a los demás y a uno mismo, cuando decepcionamos, cuando nos damos cuenta de que puede que seamos incapaces o inútiles (y que esa voz al fondo de la mente tenga razón).

Para comprender bien qué está pasando, necesitamos saber un poquito más sobre cómo funciona nuestro mundo emocional.

 

 

 Freepik

1. Las emociones

Las emociones son respuestas que nos permiten navegar adaptativamente en nuestras vidas. Existen desde que nacemos y nos sirven para sobrevivir, aportándonos información sobre lo que ocurre tanto exterior como interiormente. Por ello, todas las emociones son necesarias.

Veamos algunos ejemplos para entenderlo bien. El amor y conexión nos permiten saber qué persona es la que nos cuida en la infancia. El asco nos sirve para detectar alimentos en mal estado y no comerlos, lo mismo con situaciones que no nos gustan en absoluto. Con el enfado ponemos límites con el resto de las personas para diferenciarnos y no estar a su merced. La tristeza honra la pérdida y nos permite crecer. La felicidad nos acerca hacia nuestros verdaderos objetivos vitales. Etc. Etc.

 

De esta manera, vemos que las emociones son imprescindibles, por lo que es importante saber identificarlas, sintiéndolas con el cuerpo. Así podremos interpretar qué ocurre y qué necesitamos en cada momento y lugar. Algunas emociones pueden ser incómodas y puede que no nos guste mucho sentirlas, como suele ocurrir con el enfado, la tristeza o la culpa, sin embargo, recordemos que nos ayudan a navegar adaptativamente en la vida, por lo que hay que tener presente que vienen con el objetivo de que estemos bien.

Para terminar este apartado, no podemos dejar de contarte que, como cualquier mecanismo de supervivencia, las emociones llegan sin ser llamadas, como el hambre o la sed, es decir, que no se pueden controlar. Depende de nosotros qué hacer con esa información. Nuestra recomendación es que, al igual que cuando tienes sed paras un momento a beber agua, cuando sientas una emoción, pares un segundo a ver qué necesitas.

 

Freepik

2. Miedo a equivocarse

Cuando el miedo a equivocarnos comienza a estar presente en una situación, puede ayudar explorar e identificar las emociones que existen bajo la superficie de este miedo.

El miedo es adaptativo porque nos protege de distintos peligros. Sin embargo, a veces nuestras emociones pueden volverse desadaptativas, es decir, que ya no nos ayudan a estar bien. En el caso del miedo a equivocarse, esta emoción podría estar previniéndonos de tomar riesgos, probar nuevas cosas o expresarnos de manera plena y auténtica.

Este miedo a equivocarse suele estar sostenido por otra emoción: la vergüenza. La vergüenza es una emoción que surge cuando la persona siente que no ha sido capaz de vivir acorde a sus expectativas y sus valores o los de otros . La vergüenza puede ser una emoción poderosa y dolorosa que puede llevar a hacer juicios negativos sobre uno mismo, ser autocríticos, sentir inseguridad y sentimientos de inferioridad.

Este sentimiento de vergüenza puede tener diferentes orígenes. Desde la perspectiva de la Terapia Focalizada en la Emoción, puede surgir por diferentes motivos: experiencias en la infancia, por normas culturales y sociales, por creencias o por valores personales, entre otros. Este sentimiento puede perpetuarse en nuestra vida a través de interacciones interpersonales como críticas, negación o rechazo por parte de otras personas.

El objetivo de la terapia en estos casos es identificar y procesar el sentimiento de vergüenza en un espacio seguro y de aceptación incondicional. Las psicólogas de Pons Psicología utilizamos diversas técnicas para que los pacientes puedan explorar y entender la vergüenza. Durante este proceso, los pacientes consiguen insight sobre las creencias y valores existentes que contribuyen a que esta emoción exista. Además, aprenden a tener auto-compasión y auto-aceptación de lo que le ocurre, identificar y comunicar sus necesidades y límites personales, así como desarrollar relaciones de apoyo y validación con otros.

Freepik

En conclusión, las personas pueden aprender diferentes estrategias para gestionar las emociones, transformar esta vergüenza en auto-compasión y auto-aceptación, lo que les permitirá empoderarse y perseguir sus metas sin frenar

se por el miedo a equivocarse o a fracasar. Podrán mostrarse al mundo, siendo amables consigo mismos y aceptándose tal y como son.

¿Te apetece poder vivir plenamente?

En Pons Psicología te ayudamos.

 

Día de los enamorados sin pareja y ¿sin amor?

Día de los enamorados sin pareja y ¿sin amor?

El día 14 de febrero, día de San Valentín o día de los enamorados se celebra el amor de pareja. En esta fecha, tradicionalmente se hacen demostraciones de amor a la persona con la que tienes (o con la que querrías tener) una relación de este tipo. Realmente no todo el mundo lo hace, pero lo cierto es que cuando se acerca este día no pasa desapercibido para nadie ya que se convierte en la temática principal en muchos ambientes. Todo se llena de colores rojo y rosa, corazones, flores, bombones y escenas de parejas felices.

Este día es un reflejo de un guión que la sociedad nos marca. Desde que nacemos, nos cuentan de diferentes formas cómo se supone que debemos conseguir la felicidad futura y, en este modelo, una de las bases es estar enamorado y tener una relación de pareja (con determinados criterios como que sea estable, duradera, heterosexual, exclusiva, con descendencia…). Nada más lejos de la realidad.

 

¿Cómo nos determina la sociedad para tener pareja y buscar estar enamorado?

Una gran parte de lo que aprendemos viene de otras personas. No sólo con lo que nos cuentan sino también con su manera de vivir. Esto no es algo puntual, sino que según va pasando el tiempo vamos recogiendo información de muchos lugares, tanto de la vida real como de la ficción.

A partir de ahí se generan en nuestra cabeza unos estándares a alcanzar o rechazar que de alguna manera nos guían. Por eso es muy importante que los ejemplos sean variados, para tener diferentes opciones con las que identificarnos. Es evidente que nos hemos criado en una sociedad en la que lo más típico y lo que más se nos muestra es estar enamorado y tener pareja. Y no solo como algo beneficioso sino como una meta, como el final del cuento: “…y fueron felices para siempre”. Es cierto que, poco a poco, cada vez podemos ver más personas sin pareja o que no se declaran enamoradas, pero aún no se ha equilibrado la balanza e inevitablemente nos afecta.

Todo lo anterior cobra mucho más peso a través de las creencias que compartimos sobre cómo debe ser el amor de pareja y cómo debemos demostrar que estamos enamorados, que están tan instauradas en la sociedad. Normalmente no nos paramos a ponerlas en duda, pero muchas de ellas no son ciertas. Un claro ejemplo puede ser el mito de la media naranja, que dice que existe una persona con la que estamos predestinadas y hasta que no sea nuestra pareja no nos sentiremos completas, cuando ya somos personas completas que no necesitamos de una pareja. Si quieres conocer alguna más puedes leer el artículo “Ingredientes de una relación sana”.

Con esta base, se generan unas expectativas que no sólo tenemos con nosotros mismos, sino que al relacionarnos con otras personas éstas también las tienen. ¿Cuándo te preguntaron por primera vez en tu vida si ya tenías novio o novia? Seguramente algunas de tus personas más cercanas también te estaban transmitiendo que tener pareja y estar enamorado era una obligación. Incluso has podido vivir críticas más directas por ser una persona soltera.

Dichas expectativas también hacen que ciertos elementos del mundo no estén creados para personas solteras: desde la cantidad de comida en cada envase que compras (que suele ser mínimo para dos personas) hasta la distribución de las casas (que tienen habitaciones de diferentes tamaños dando por supuesto que allí vivirá una pareja con hijos o hijas). Un mundo que no está adecuado para ti con tu forma de vivir y que en cierta medida niega tu existencia.

Con todo esto a nuestro alrededor, tiene mucho sentido que en algún momento hayas pensado que sin pareja o sin amor de este tipo no se puede estar, o que ser una persona soltera es algo malo. A veces viene acompañado de un malestar emocional relacionado cuando tú te encuentras en esa situación.

dia-de-los-enamorados-sin-pareja-y-sin-amor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Por qué siento malestar emocional cuando no tengo pareja o no estoy enamorado? 

La presión social y la preocupación por no encajar socialmente es uno de los motivos por los que puedes tener sensaciones desagradables cuando no tienes pareja o no estás enamorado, pero no el único.

Una pareja con una relación de buen trato es una fuente de necesidades como el amor, el apoyo, la seguridad, la comunicación y deseos como el placer sexual. Ante la posibilidad de no tener en nuestra vida alguno de estos componentes tan valiosos puede que aparezcan diferentes emociones como el miedo o la tristeza.

Sólo tú puedes saber específicamente cuál es el contenido de tu miedo o tu tristeza, qué aspecto de no tener pareja o no estar enamorado es el que te genera ese malestar emocional. Para averiguarlo te invito a que te conozcas y te escuches desde el cariño, validando y aceptando por dónde te lleve ese camino. Recuerda que puedes pedir ayuda para hacerlo si lo necesitas.

A partir de ahí podrás aprender a hallar también en otro tipo de relaciones basadas en el cuidado mutuo que conllevan amor y también en ti mismo elementos que te nutran esa necesidad o deseo que para ti es importante y en este momento no está satisfecha. La soledad y la soltería no son lo mismo, aunque tendamos a confundirlas. Las personas generamos vínculos familiares, de amistad y de otros muchos tipos menos normativos que pueden llegar a ser muy potentes.

No debemos olvidar que, desgraciadamente, también existen relaciones de pareja que no son de buen trato. Por tanto, tener una pareja o estar enamorado no te asegura encontrar lo que necesitabas o querías, incluso algunas pueden ser realmente perjudiciales.

dia-de-los-enamorados-sin-pareja-y-sin-amor
GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / ANTONIOGUILLEM

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué hago los días como el día de los enamorados en los que me resulta especialmente complicado no tener pareja o no estar enamorado?

  • Párate a escucharte y déjate sentir. Acompáñate cariñosamente en las emociones que aparezcan. Si te apetece, también puedes compartirlas con otras personas de tu confianza.
  • Practica la autocompasión. Quizá no sabes aún cuál es el origen de tu malestar, pero sí comprender un poco más que tiene un sentido. No te juzgues.
  • Cuida tu necesidad. Aunque en este instante no puedas satisfacerla por completo, haz algo que te nutra en ese sentido.

 

Y recuerda que… 

Tener pareja es una elección, no una obligación.

Tener pareja es un deseo, no una necesidad.

 

Ingredientes de una relación sana

Ingredientes de una relación sana

Alerta ante las relaciones tóxicas

Parece que las relaciones son cada vez más complejas. Antes, con una cierta reciprocidad se daba por terminada la conversación. Las películas terminaban con un beso de amor y un “fueron felices y comieron perdices”. Sin embargo, ahora se habla de límites, de red flags o “banderas rojas”, de estilos de apego y de lo que parecen un sin fin de restricciones para tratar de evitar esa relación que podría hacernos daño. 

Ingredientes_de_una_relación_sana
Twilight. Catherine Hardwicke

Es una suerte que estemos prestando más atención a la calidad de nuestras relaciones afectivas, pero a su vez, puede resultar en cierta desorientación a la hora de establecer una nueva relación, sobre todo, porque se hace mucho más hincapié en lo que debemos evitar, en los límites y los red flags que en aquello que podemos buscar. 

 

 

Los límites son importantes, es importante saber qué es importante para ti, a qué no quieres renunciar en tu vida, pero muchas veces son personales, ¿te mudarías de cuidad o de barrio?, ¿renunciarías a tener hijos?, ¿cambiarías de trabajo?, ¿aprenderías un nuevo hobbie? Muchos de estos límites son personales y negociables, dependen tanto de la persona como del momento en que esté la relación. 

Ingredientes_de_una_relación_sana
La Vie d’Adèle. Abdellatif Kechiche

Hay otros límites, que tampoco se tomaban en consideración en este “y fueron felices y comieron perdices”, que no son personales, sino que tienen que ver con nuestra salud mental. Parece esencial, en cualquier caso, que toda nuestra vida no gire alrededor de una única relación -tampoco de la de pareja- porque eso nos permite mantener una cierta autonomía para que la decisión de seguir en esa relación siga siendo tal y no una necesidad. 

 

 


A la búsqueda de la relación sana

Tanta restricción puede protegernos, pero también supone una dificultad para vincularnos con el otro y no siempre un puente para hacerlo de forma sana. Una de las grandes enfermedades de nuestro tiempo, más allá de las relaciones tóxicas, es el aislamiento afectivo. Y es que el vínculo ejercido no solo desde la decisión y la racionalidad, sino también con algo de la vulnerabilidad implica poder estar conectados con nuestra parte emocional es saludable. 

Por ello, tal vez es más útil preguntarnos ¿qué necesitamos buscar en una relación?

Ingredientes_de_una_relación_sana
Modern Family. ABC

En todas las relaciones es importante mantener una cierta autonomía. Es decir, mantener la capacidad de terminar la relación si lo deseamos. Eso no quiere decir que tengamos que vincularnos tan poco que dejar la relación fuera a ser excesivamente sencillo, sino que sería posible. Que podemos amar sin dejar de amarnos a nosotros mismos. Que podemos ceder, sin dejar de perseguir nuestros propios intereses y metas. 

Otro aspecto importante de las relaciones sanas es la seguridad. Las mariposas en el estómago pueden ser parte de momentos especiales, pero si se alargan a través de la relación suelen ser ansiedad y no enamoramiento. No podemos vivir con el corazón en un puño pensando qué es lo siguiente que pasará con nuestra pareja o si nos dejará cada día. 

La comunicación es otra clave para encontrar un buen compañero de viaje. Alguien con quien puedo comunicar mis emociones, mis miedos, mis deseos, mis opiniones porque sé que serán escuchados con respeto y cariño. 

Ingredientes_de_una_relación_sana
Beauty and the Beast. Disney

El amor es otro ingrediente necesario para una relación (pero es muy importante entender que no es suficiente. Ningún ingrediente por sí solo lo es.) Pensar qué gestos, momentos o situaciones te hacen sentir amado, reflexionar sobre cómo tú haces sentir amado a tu pareja os permitirá fortalecer el vínculo.

Por último, si te cuestionas si estás en una relación de violencia es porque probablemente sea así. Las relaciones que elegimos y en las que invertimos nuestro amor no deberían encontrarse en el límite de la violencia, sino representar un estándar de cuidado. 

 

Hábitos saludables

Hábitos saludables

18 hábitos saludables que puedes integrar en tu rutina desde hoy (o no)

Los hábitos se entienden como los comportamientos o actividades que hacemos con frecuencia y forman parte de nuestra rutina. Se definen como saludables si nos ayudan a mejorar nuestra salud.

Establecer nuevos hábitos a principio de año suele ser uno de los propósitos tradicionales en estas fechas. Por supuesto, analizar qué necesitamos y qué objetivos nos ponemos para lograrlo es un proceso sano que nos permite avanzar y evolucionar, pero ¿tiene que ser ahora? No, no es obligatorio que sea en este momento coincidiendo con el cambio de año. Puedes hacerlo si te apetece y te motiva en este instante, aunque es igual de válido que sea en cualquier otro que sientas. Está bien que no estés preparada para el cambio, que simplemente no quieras hacerlo o no ahora. No hay prisa.

En ocasiones, el mundo a nuestro alrededor hace que sintamos como un deber hacer lo que es más típico. Por eso me parece importante recordarte que no cumplir con lo establecido también es una forma de cuidarte, aunque sin duda establecer hábitos es importante para nuestro autocuidado.

Por este motivo, te presento una serie de hábitos saludables para que empieces a poner en práctica cuando te apetezca y estés preparada para ello. Recuerda hacerlo siempre bajo tu elección y con objetivos paso a paso, ya que si te propones implementar un hábito saludable que te suponga mucho tiempo o esfuerzo de primeras es posible que desistas pronto y te suponga frustración. Te recomiendo que decidas de uno en uno y no pases al siguiente hasta que el anterior esté implementado a tu rutina.

Hábitos saludables relacionados con las necesidades físicas

  1. Beber aguahabitos-saludables

Beber la cantidad suficiente de agua es necesario para el buen desarrollo de nuestra salud física. En ocasiones se nos olvida por estar inmersos en alguna actividad como la laboral o por pasar mucho tiempo fuera de casa sin tener agua a mano. Una buena solución es llevar siempre una botella o cantimplora (preferiblemente reutilizable) y estar atenta a tus señales corporales de sed para utilizarla.

 

  1. Mejorar tu higiene

Tener una higiene básica es fundamental para nuestra salud y es bastante probable que ya lo hagas. Por eso te animo a añadir algún pequeño detalle que mejore esta higiene como pasarte el hilo dental, encontrar un champú que beneficie más a tu pelo o establecer una rutina de limpieza facial con productos específicos para esta zona de tu cuerpo.

 

  1. Comer más frutas y verduras y menos alimentos procesados

Aumentar la proporción de fruta y verdura en todas nuestras comidas aumenta considerablemente nuestra salud y la de nuestro planeta. Además, conseguir que el consumo de alimentos procesados sea de manera esporádica y no rutinaria nos ayuda a aumentar el consumo de productos naturales y más saludables. No se trata de prohibirnos este tipo de alimentos ni mucho menos, simplemente conseguir que su proporción en nuestra alimentación no sea alta.

No dudes contactar con una profesional de la nutrición para que te guíe en cómo hacerlo y aprender sobre tu alimentación si lo consideras necesario.

 

  1. Establecer una rutina de sueño 

Tener hábitos saludables relacionados con nuestro sueño y la mejora de su calidad, que es necesaria de por sí, nos trae además beneficios secundarios en nuestra salud física y mental. Si quieres saber con más detalle cómo hacerlo pincha aquí .

 

  1. Reducir el consumo de sustancias nocivashabitos-saludables

Consumir determinadas sustancias como tabaco o alcohol es bien sabido que es perjudicial para la salud. Es genial si has decidido que estas sustancias no estén presentes, pero si no es así, recuerda que también es un paso si haces un consumo más responsable tanto reduciéndolas en cantidad como emplazándolas a situaciones muy específicas y poco frecuentes como, por ejemplo, las celebraciones. Estaría bien que te plantees si su consumo cumple para ti una función emocional y, en ese caso, que lo comentes con tu psicóloga.

 

  1. Hacer ejercicio

Tener una actividad física frecuente y reducir los tiempos de sedentarismo tiene amplios beneficios para la salud física y mental. No se trata sólo de practicar un deporte o ir al gimnasio, también está bien si paseas o vas en bici en lugar de coger el autobús o te acostumbras a subir las escaleras en lugar de utilizar las mecánicas o el ascensor.

 

  1. Acudir a profesionales de la salud

Ir al médico, al psicólogo, al fisioterapeuta, al ginecólogo, al dentista, al nutricionista… si bien suele suponer una dificultad porque es algo tan esporádico que es difícil incorporarlo en nuestra rutina o porque implica comenzar con un tratamiento que requerirá tiempo y esfuerzo, es un hábito fundamental para supervisar nuestro estado de salud y tener un acompañamiento en su mejora. Si te es más fácil, ve uno por uno cogiendo las pertinentes citas y abriendo un proceso cada vez. Una vez que tengas establecida tu rutina con una especialidad comienza con la siguiente, aunque se solapen en el tiempo, para poder enriquecerte de una visión multidisciplinar.

 

  1. Cuidar el espacio y ordenar

Dedicar un tiempo a que los espacios físicos en los que nos movemos nos resulten agradables y acogedores lo disfrutamos el resto del tiempo y supone una ayuda extra a la hora de realizar es resto de nuestras actividades a nivel físico y a nivel mental.

 

Hábitos saludables relacionados con las necesidades de ocio 

 

  1. Establecer un tiempo sin actividad planificada

Hablar de tiempo libre en ocasiones es un eufemismo para hablar del tiempo de ocio. Es cierto que para tener un ocio de calidad es necesaria planificación, pero también es necesario tener espacios realmente libres para hacer lo que nos apetezca en ese instante. Atrévete a improvisar y desarrollar la imaginación en un espacio donde tú decidas y que no esté pautado por otros.

 

  1. Salir a la naturalezahabitos-saludables

Notar el sol y la brisa en la piel, escuchar sonidos naturales como los pájaros o el ruido del viento entre los árboles, tocar la hierba, la arena o el agua del río o del mar, mirar las estrellas… nos ayuda a estar en calma y respirar.

 

  1. Dedicar un tiempo al arte

Escuchar música que te gusta, ir al teatro, ver una película, leer un libro, ir a un museo, hacer cerámica, dibujar… Cómo desarrollar tu creatividad y/o conectar con lo emocional desde lo artístico lo eliges tú. Si quieres saber más sobre sus beneficios hazlo aquí.

 

  1. Jugar

Jugar es una actividad que nos acompaña en nuestro desarrollo en la infancia y no deja de hacerlo el resto de nuestra vida, aunque lo común es que le dediquemos menos tiempo con los años. Los juegos de mesa, los scape rooms, los juegos sexuales, los deportes,.. son algunas de las posibilidades para integrar el juego en nuestra vida adulta.

 

Hábitos saludables relacionados con las necesidades psicológicas 

 

  1. Pasar tiempo con los tuyos

Dedicar tiempo de calidad a tus vínculos más importantes y nutrirte de ellos desde el buen trato forma parte del tu propio cuidado y el de la gente que te importa.

 

  1. Escucharte

Parar, respirar y escucharte. En principio parece sencillo, pero en muchas ocasiones no dedicamos un espacio y un tiempo a escuchar nuestro cuerpo y nuestras necesidades. Puedes hacerlo estableciendo un tiempo específico para ello o integrándolo durante unos segundos en otras actividades.

 

  1. Encontrar espacios de expresión emocional

Encontrar momentos, actividades o personas para expresar nuestras emociones ayuda a regularlas. Aunque sería ideal encontrar cómo cubrir las necesidades asociadas a estas emociones, en ocasiones es suficiente con darles salida o compartirlas.

 

  1. Reír

Reír y encontrar momentos donde conectar con el humor, no de manera forzada e invalidando emociones de malestar sino complementándolo con estas.

 

  1. Besar y abrazar

Contactar físicamente con otras personas también es beneficioso para nuestra salud, siempre que sea en vínculos que sepamos que son seguros y desde la apetencia, en ningún caso desde la obligación.

 

  1. Hacer cosas nuevas

Probar y explorar cosas nuevas nos nutre. No es necesario que sean grandes actividades, pueden ser pequeños elementos integrados en actividades que ya realizamos como escuchar una nueva canción, degustar un sabor diferente o hacer otro camino al trabajo.

 

Y recuerda, como dice Rozalén, si quiero mejorar el mundo, primero voy a mimarme yo.

 

¿Qué significa trauma?

¿Qué significa trauma?

Últimamente la psicología se ha expandido, llegando a los medios más divulgativos. Así, todas las personas pueden tener al alcance de la mano mucha más información al respecto. Esto también ha implicado el uso de términos psicológicos de forma coloquial, a veces banalizándolos o usándolos en contextos erróneos. 

Entonces, ¿qué significa trauma? 

que-significa-traumaTrauma viene del griego y significa herida. Antiguamente, la palabra trauma se utilizaba en casos muy extremos, exclusivamente, cuándo se había vivido situaciones límite como guerras, violaciones, desapariciones, maltratos físicos muy desgarradores, etc.

Tiene sentido que, al principio, esto fuese lo que conociésemos como trauma, ya que, en la vida de un ser humano, esas experiencias implican una situación emocional tan límite que es poco frecuente que no deje una huella o herida en esas personas. 

Actualmente llamamos trauma a muchos eventos distintos. Algunos, según ciertas personas, pueden ser poco importantes o muy comunes y les cuesta entender por qué implican un trauma. Y es que, lo que nos deja heridas o huellas, son las vivencias que no hemos podido digerir y procesar a nivel psicológico y emocional. La naturaleza de la misma es secundario, ya que, ante un mismo evento, hay personas que lo registran como evento traumático y, por el contrario, otras no lo hacen.

Por supuesto, como decíamos antes, es más probable que la gente quede con esa herida en situaciones muy extremas. Sin embargo, esto no descarta muchas otras pequeñas vivencias dónde hay más diferencias individuales. De hecho, en muchos casos es más complejo un caso de una persona que haya vivido muchas pequeñas vivencias que reafirmen una misma herida. Aquí entra mucho en juego las vivencias relacionales y de apego en comparación con personas que han vivido sólo una situación extrema muy concreta y localizada en el tiempo. Esta última, puede entenderse como algo excepcional, y al ser un hecho aislado, es más fácil trabajarlo y más probable que la persona no se lo registre como una creencia negativa estable y más permanente sobre sí mismo o sobre el mundo que le rodea. 

La importancia de hacer terapia basada en trauma

que-significa-traumaEs muy importante poder trabajar en una terapia con tu psicólogo/a en la que no sólo experimentes una mejoría de la sintomatología que te impulsó a iniciar el tratamiento terapéutico, sino que puedas dar margen a mirar tu histórico vital, entender cómo se ha formado la persona que eres y por qué estás teniendo esta sintomatología. En muchos casos, se podrán ver esas heridas o huellas que permanecen en ti y que, aunque ya no seas un niño/a, al no haberse trabajado nunca, las arrastras de otra manera a tu vida adulta, generando muchas dificultades en la actualidad.

Acudiendo a terapia, podrás asegurarte de prevenir la reaparición de síntomas o al menos, poder gestionarlo mejor si ocurre. 

Responsabilidad afectiva y parental

Si conseguimos entender qué nos pasa y por qué, podremos tener relaciones más sanas. Las personas que desconocen sus heridas, no las trabajan y, por tanto, no se responsabilizan de ellas, pueden terminar teniendo relaciones de pareja complicadas, dónde haya poca responsabilidad afectiva, muchos conflictos, etc. 

De la misma manera, podemos tener toda la mejor intención del mundo a la hora de educar y cuidar a nuestros hijos, pero sin hacer ese trabajo, incluso con nuestras mejores intenciones, nuestros hijos pueden tener problemas. Los padres son modelos de forma explícita e implícita y ellos pueden heredar muchas de tus dificultades. 

¿Cómo se trabaja el trauma en sesión?

que-significa-traumaEsto es algo complejo de describir y que depende mucho de qué tipo de histórico traumático tengas y las herramientas que tenga tu psicólogo/a para trabajarlo. Es decir, un buen proceso terapéutico es adaptado a tu caso y, por tanto, diferente al de otra persona. 

Sin embargo, hay un concepto básico para trabajar el trauma en terapia. En primer lugar, es fundamental entender, tener una explicación y conectar el sentido de nuestra historia y de quienes somos. Esto, se tiene que hacer a nivel cognitivo y emocional. Sentir quién fui, quién soy  y qué he vivido. Qué carencias he tenido, qué cosas he aprendido o he reforzado, etc.

Después, cómo decíamos, cada terapeuta trabajará las huellas o heridas de una forma distinta. Cualquier forma tiene en común dos factores:

  • Desensibilizar, es decir, que las cosas que pasan y que están relacionadas con ese trauma no me activen tanto.
  • Poder enseñarle a nuestro cuerpo que lo que nos tiene en alerta respecto a esa vivencia o vivencias, ya no es así por muchísimos motivos: Somos personas distintas que sabemos más cosas, ahora ya no estamos en riesgo, tenemos más recursos, entendemos las cosas de otras maneras, somos capaces de darnos lo que necesitamos… Pero ojo, aunque suene muy lógico, no es lo mismo saberlo en forma de racionamiento que poder registrarlo a nivel corporal y emocional. Por eso es tan importante.

Esperamos que esto te ayude a darle una oportunidad a la terapia para profundizar en estos temas y a utilizar este concepto de forma adecuada. Para lo que necesites, estamos disponibles. 

 

Los cinco lenguajes del amor en la Navidad

Los cinco lenguajes del amor en la Navidad

¿Alguna vez no has acertado con los regalos? Creo que nos ha ocurrido a todos. Los cinco lenguajes del amor en la Navidad te ayudarán a acertar en los regalos y, sobre todo, a mejorar tus relaciones.

Según Chapman (2009) existen cinco lenguajes del amor. Cada persona suele identificarse más con uno o dos. Identificarlos facilitará tener mejores relaciones con familia, amigos y pareja. También a acertar más con tus regalos y en el día a día. Estos son:

Palabras de afirmaciónlos-cinco-lenguajes-del-amor-en-la-navidad

Estas personas valoran mucho las palabras bonitas y el reconocimiento. También las palabras de apoyo y que les digas lo que sientes de manera clara para que ellos te puedan responder igual. Suelen ser expresiones sencillas que le resultan muy positivas a la persona. Puede ser un “Te quiero muchísimo” o un “Gracias por preocuparte de que llegase bien, lo valoro mucho”. Eso sí, hay que ser sincero cuando se expresan estas palabras o no causarán el mismo efecto al haber cierta disonancia con nuestro tono o lenguaje corporal. También es importante acompañarlas con acciones que las respalden.

Si tu familia, amigos o pareja valora mucho este lenguaje, dedícale palabras de este tipo estas vacaciones (¡y siempre!). Puedes proponer una actividad conjunta en la que le adules, reconocer aquello que hace bien para poder decírselo o acompañar un regalo material (que suele ser lo tradicional) con palabras positivas sobre esa persona. 

 

Tiempo de calidadlos-cinco-lenguajes-del-amor-en-la-navidad

No es lo mismo pasar mucho tiempo juntos que pasar tiempo de calidad. La calidad de los momentos juntos reside en que a las dos personas les esté aportando algo ese momento que comparten. Las personas que se identifican más con este lenguaje, les gustará que reserves un momento para los dos, distendido y sin distracciones. Puede materializarse en una salida juntos donde os olvidéis del móvil o en un momento en casa dedicado a hablar de vuestro día y vuestra vida. Un buen regalo puede ser que te reserves un tiempo y llevarla a hacer una actividad que le guste juntos.

 

 

Recibir regaloslos-cinco-lenguajes-del-amor-en-la-navidad

Las personas a las que se les suele llamar “detallistas” porque te dan un regalo inesperadamente, te dejan una notita bonita, flores o te dan una sorpresa, suelen ser personas a las que el amor les parece mejor en esta forma. Un buen regalo que se les puede hacer es algo elaborado por uno mismo o personalizado, de manera que la persona vea que has estado pensando en ella mientras lo hacías o comprabas.

Como ya has visto, mantenerlo en el día a día es simple con pequeños gestos.

 

 

Actos de serviciolos-cinco-lenguajes-del-amor-en-la-navidad

Si te gusta hacer cosas útiles por los demás esperando solo una sonrisa o agradecimiento a cambio, este es tu lenguaje. Nos referimos a favores como recoger cosas al otro, cocinarle o hacer cosas con las que le ayudamos y le quitamos algún tipo de tarea. Sin duda lo que valorarán las personas que navegan más esta manera de dar amor será que hagas algo por ellos y que les regales cosas bonitas y, a la vez, útiles.

 

Contacto físicolos-cinco-lenguajes-del-amor-en-la-navidad

Es decir, abrazos, besos, caricias, palmadas. Este tipo de acciones nos suelen transmitir felicidad, seguridad y confianza en el otro. Hay veces que se puede tomar como un “extra” de ocasiones especiales o viceversa, que tengas tan interiorizado el contacto físico que te resulte corriente. Es importante saber si para la persona que tenemos en frente este lenguaje es el principal, puesto que el hecho de que hagas estas acciones y estés con ella será muy valorado. Sin duda, el regalo que le des puede estar acompañado de un caluroso abrazo.

Como dijimos, estos lenguajes son aplicables tanto con la familia, con los amigos y con la pareja. Es importante cuidarlos siempre que se pueda. Sobre todo, en la pareja, es importante identificar el nuestro y comunicarlo. Así te sentirás más querido en el día a día y tendrás la posibilidad de adaptarte al lenguaje del otro para mostrarle así lo mucho que le quieres. 

Si tienes dudas sobre el tuyo, consulta nuestro último post de Instagram y descúbrelo.

 

La felicidad que hemos comprado

La felicidad que hemos comprado

Con la época “más feliz del año” a la vuelta de la esquina, no podía dejar pasar la oportunidad de hablar del gran temón que nos persigue cada minuto de nuestra vida.

Sí, la Felicidad… aquí está de nuevo.

Y confieso que la traigo con algo de miedo; temiendo que pases de largo, hastiado de volver a ver otro artículo más hablando sobre felicidad. 

Pese a ello, tengo la esperanza de que sigas leyendo y de desvelarte algunos trucos. Porque sinceramente creo que la típica frase hecha que nos contaban las abuelas es la pura verdad.

La felicidad, no está en la meta, sino en el camino.

la-felicidad-que-hemos-compradoParece fácil, ¿no? Sin embargo, ¿no tienes la sensación de que en los últimos años, todos hemos comprado otra cosa? Esta es la felicidad que hemos comprado:

 

Cuando consiga ESO*, entonces seré feliz.

 

*ESO = coche /casa/ sueldo/ pareja/ barco/ coche más caro/ 

casa más grande/ sueldo más alto/ pareja más joven…

 

LAS TRAMPAS DE LA FELICIDAD QUE HEMOS COMPRADO

El concepto de felicidad o bienestar subjetivo (en la actualidad se usan de forma indistinta, pese a que el bienestar es un concepto más global), oculta dos trampas que te cuento a continuación.

Simplificando, la felicidad es la evaluación que hacemos de nuestra vida y tiene dos componentes: el cognitivo, que es el juicio racional que hacemos sobre nuestra satisfacción vital; y el afectivo, que es la valoración que hacemos sobre nuestras emociones y estados de ánimo.

  • ¡TRAMPA 1! El componente afectivo de la felicidad tiene, a su vez, 2 dimensiones: la frecuencia y la intensidad. Pues bien, se ha demostrado que la dimensión que genera mayor impacto en la experiencia de bienestar es la frecuencia. 

Es decir, nuestra felicidad es mayor cuando experimentamos emociones positivas de forma frecuente, aunque sean de intensidad muy baja o moderada.

De lo anterior, podemos concluir que buscar lo espectacular, lo sublime y lo más intenso para ser felices, tiende a estar abocado al fracaso e, incluso, puede provocar el efecto contrario a medio y largo plazo. 

Esto es debido a que esas experiencias tan intensas se acaban convirtiendo en puntos de referencia (línea base) con las que comparar otras experiencias que, pese a poder ser placenteras, no llegan a tal nivel. Por tanto, cada vez necesitaremos emociones más intensas para llegar a los mismos niveles de felicidad.

¿Te suena? Coche más caro, casa más grande, puesto más alto… y nunca es suficiente.

 

  • ¡TRAMPA 2!  Si a lo anterior le sumamos otro concepto, que es el de la rutina, entonces estamos perdidos. Existen evidencias de que los seres humanos tenemos una tendencia natural para adaptarnos a los cambios que suceden en nuestras vidas. A este hecho se le llama adaptación hedónica

Por lo tanto, si nuestra meta en la vida es lograr algo, para ser felices (felicidad como fin último), estos cambios vitales logrados llegan a un punto en el que dejan de tener efecto. Nos adaptamos y los damos por sentado. Adiós felicidad.

¿Te vuelve a sonar? Coche más caro, casa más grande, puesto más alto… y nunca es suficiente.

 

LA TEORÍA DE LA FELICIDAD SOSTENIBLE

En 2005 un grupo de investigadores (Lyubomirsky et al.) postuló la Teoría de la Felicidad Sostenible, según la cual, nuestra felicidad estaría determinada no sólo por factores genéticos o ambientales, sino también (en un 40%) por las acciones intencionadas que ponemos en marcha. Es decir, podemos intervenir activamente en nuestra felicidad.

la-felicidad-que-hemos-compradoLa condición fundamental es que dichas acciones:

  • Sean intencionadas, en el sentido de estar orientadas a metas significativas y con propósito para el individuo.
  • Supongan un esfuerzo, aunque sea mínimo (movilicen hacia el cambio).
  • Y sean diversas y variadas (para escapar de la rutina / adaptación hedónica).

 

Por tanto ¿Y si, en vez de fijarte como meta final “Ser feliz”, te fijas como meta la adopción de nuevas actividades vitales, diversas y con significado, que te permitan tener momentos de felicidad más frecuentes (aunque menos intensos) y más sostenibles en el tiempo?

 

PRACTICAR LA FELICIDAD EN EL CAMINO

Son muchas y variadas las actividades vitales que pueden ayudarte a incrementar tu felicidad durante el camino, ampliando tu repertorio de pensamientos y emociones. Aportándote una visión más optimista de la vida.

Aquí te proponemos el reto de que incorpores sólo 3 de ellas a tu vida y de que las practiques cada día. 

  1. Identifica tus fortalezas y ponlas en práctica. Te recomiendo revisar las 24 fortalezas de Seligman, padre de la Psicología Positiva. Pueden ser el humor, la creatividad o la curiosidad. Si las tienes, ponlas en práctica. Eres lo que haces, no lo que dices que haces. Conseguirás no solo incrementar tu sentimiento de valía, sino también, proyectar en los demás tu verdadero yo.
  2. Da un significado positivo a las situaciones más cotidianas. Para y mira a tu alrededor. Toma un café sin prisas, solo o acompañado, da un paseo, etc. Tras la pandemia, muchos empezamos a dar verdadero valor a cosas cotidianas que antes dábamos por sentadas y de repente perdimos. Saborea más.
  3. Sé amable y expresa gratitud. Ser amable no es dar lo que te sobra (tiempo, dinero…). Ser  amable es hacer algo desinteresado por otros, aun suponiéndote un coste y un esfuerzo personal. Y muéstrate agradecido, con lo que ya tienes y con los que te rodean. 

la-felicidad-que-hemos-compradoEstas acciones puestas en práctica te conectarán contigo mismo y con los demás, mejorando tus relaciones interpersonales, que suponen un factor determinante en el incremento de tu felicidad y de tu bienestar subjetivo. 

Y, como siempre, recuerda que esto no deja de ser un artículo de opinión que, aunque a priori ofrece una receta fácil, no siempre lo es. Y que no siempre que quieres, puedes.

Si necesitas ayuda, pídela, conecta con tus amigos. Y si piensas que necesitas ayuda profesional, acude a profesionales de la salud mental (sanitarios): psicólogos o psiquiatras.

 

 

Enfermedad de Alzheimer

Enfermedad de Alzheimer

Aprendiendo un poco sobre las demencias: Enfermedad de Alzheimer

Si alguien piensa en enfermedades relativas a la vejez, una de las primeras será la enfermedad de Alzheimer. Ésta es una de las demencias más conocidas y también de las que más incidencia tiene en la población. 

Pero ¿sabemos realmente en qué consiste la enfermedad de Alzheimer? Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de una pérdida progresiva de memoria junto con el deterioro de otras funciones cognitivas.

Principales síntomas:

El síntoma principal de la enfermedad de Alzheimer es la pérdida de memoria. En los primeros momentos de la enfermedad, estos problemas se mostrarán en la memoria reciente. Por ejemplo, empezarán a olvidar lo que han hecho en los últimos días o incluso horas. Sin embrgo, a medida que avance la enfermedad las  pérdidas de memoria se iran haciendo mas severas y afectando  de manera más globalizada. 

Además de  la pérdida de memoria, las personas con enfermedad de  Alzheimer también pueden ver afectadas otras funciones cognitivas como la atencion, la orientación visoespacial, las funciones ejecutivas o el juicio social.

Tratamiento

Desgraciadamente, en la actualidad no existe ningún tratamiento que revoque  los daños ocasionados por la enfermedad de alzheimer.  Sin embargo, existen tratamientos farmacológicos que ayudan a paliar algunos de sus síntomas y a enlentecer el avance de la enfermedad.

Ademas, en esta parte cobra una gran  importancia la rehabilitación neuropsicológica y psicologica. La primera de  ella enfocada a enlentecer  la pérdida de  las  funciones cognitivas y a la compensación o sustitución de las pedidas ocasionadas por la enfermedad  en los  diferentes procesos afectados. Y la parte más psicologica con el objetivo de mantener rutinas y hábitos saludables asi como la ayuda a los  cuidadores principales a cargo de la persona con enfermedad de  alzheimer. 

Cuidadores:

No quería terminar este artículo sin hablar un poco sobre las personas que  forman parte  de la vida de la persona con Alzheimer. Cuando hablamos de condiciones de salud con un grado  de afectación vital y funcional importante, las personas cuidadoras adoptan un rol imprescindible para los afectados. Sin embargo, este rol también viene acompañado de sufrimiento en algunos sentidos. El primero, es que son las personas que van presenciando con un mayor grado de conciencia el avance de la enfermedad y las pérdidas que ocasiona. El segundo, es el grado de implicación que exige de forma creciente el hacerse cargo de los cuidados de una persona con demencia y que en muchas ocasiones implica el renunciar a aspectos importantes de su propia vida. Y por último, la cantidad de cuidados tanto físicos y emocionales como administrativos que requieren este tipo de pacientes hace que en muchas ocasiones las personas cuidadoras vean deteriorada su propia salud.