Hay un momento decisivo en nuestra vida que transcurre entre la mayoría de edad, cuando ya no podemos considerarnos adolescentes, y la adultez. Es el momento en el que nuestra individualidad e identidad adquieren protagonismo. Comenzamos entonces a afrontar situaciones y tomar decisiones que, en mayor o menor medida, acabarán afectando a nuestra vida adulta, al menos en sus inicios.
La elección de carrera profesional, la consolidación de nuestra propia identidad, las responsabilidades asociadas a la vida adulta, el primer trabajo, las primeras relaciones “serias”, la ansiada independización del hogar familiar, etc.
Son todas situaciones que, de forma aislada o solapadas, pueden acabar haciéndonos sentir agotados, perdidos en un estado de desconcierto, malestar y de sobrecarga vital.
Si estás atravesando por estos años, es probable que te identifiques con algunas de las siguientes afirmaciones:
- No tengo claro qué estudiar ni a qué me quiero dedicar el resto de mi vida.
- Tengo miedo de equivocarme de carrera e ir saltando de una a otra y arruinar mi futuro.
- Siento que tengo una identidad poco definida: a veces no sé muy bien quién soy ni cómo soy, qué me gusta y qué no.
- Tengo miedo de no estar a la altura, de defraudar a mis padres, a mi familia.
- Tengo la sensación de que nadie me conoce realmente.
- Me gustaría ser diferente a como soy.
- Tengo ansiedad y me preocupo por todo.
- No puedo dejar de llorar, no tengo ganas de salir ni de conocer a gente nueva.
- No sé cómo gestionar las relaciones amorosas ni mi orientación sexual.
- No sé si tengo un problema con las drogas, con el alcohol, los videojuegos, etc.
- Me gustaría cambiar aspectos de mi relación familiar…
Cuando eres consciente de encontrarte ante alguna de estas situaciones, u otras similares, tienes muy buenas noticias para ti. Darnos cuenta de lo que nos pasa, supone haber recorrido prácticamente la mitad del camino para comenzar a sentirte mejor.
Ante estos momentos: parar, tomar perspectiva y buscar ayuda y acompañamiento profesional, puede marcar un antes y un después en tu presente. Y desde luego que lo hará en tu futuro.
Eres una persona joven, te mereces disfrutar de todas las primeras experiencias que te regala esta etapa maravillosa de tu vida. Puedes crear nuevos vínculos, hacer amigos, vivir experiencias únicas, descubrir algo nuevo prácticamente cada día, tanto en tus estudios, como en tu vida personal e incluso en la profesional.
Es el momento de descubrir y de vivir “mil primeras veces”.
Recuerda: la mitad del camino ya lo tienes hecho. Desde Pons Psicología estaremos encantados de acompañarte en el resto.