La COMPASIÓN. Apreciarme tal como soy.

La COMPASIÓN. Apreciarme tal como soy.

¿Qué es la compasión?

La COMPASIÓN es la oportunidad de apreciarme tal como soy. Es la base para una autoestima sana.

La compasión es la habilidad para relacionarme con el otro y conmigo misma sin poner primero el juicio. Mirarme con cariño y entender que soy humana, que a veces nos equivocamos, y que eso está francamente bien.

Pero… compasión me suena a tenerme pena. Qué no es la compasión.

Muchas personas hacen esa interpretación al escuchar por primera vez el término compasión en consulta. Efectivamente el término en castellano, desde la tradición cristiana, hace referencia a una acepción de esta palabra que implica matices de caridad “compadecerse”, “autocompadecerse”,  y esto provoca lógicamente cierto rechazo, resistencia. Sin embargo, en el presente artículo no nos referimos a esto. Desde la psicoterapia utilizamos el término compasión  semejante al término en inglés “compassion” proveniente de la tradición oriental, budista. Propone rebajar la rumiación excesiva, la autocrítica y elegir mirar con permiso y comprensión tanto a mi misma como a los demás.

Y yo, ¿sé poner en práctica la compasión?

  • Cuando cometes un error, ¿le das vueltas y te cuestionas?
  • Cuando acudes a una situación social novedosa, ¿te preguntas qué opinarán de ti y tú eres tu peor crítico?
  • En un atasco en la cuidad, ante el error de otro conductor, es frecuente enfadarse, pero, ¿te quedas con el enfado durante un rato e incluso con sensación de hostilidad durante la mañana?
  • Ante un conflicto pasado, ¿lo guardas con dolor y los recuerdos te remueven?
  • ¿Eres más exigente contigo misma de lo que te sentaría bien?

Si tu respuesta es afirmativa a una o más de estas situaciones, entonces, te animamos a que pruebes a entrenarte en compasión y autocompasión. Una mirada cariñosa hacia ti misma, que te ayude a no quedarte anclada en cuestiones del pasado y a no ser tu peor crítica.

¿Por qué no sé mirarme con cariño? Si quieres indagar un poco más y entender tus por qués, puedes leer otro de nuestros artículos sobre la autocompasión 

La compasión se compone de tres elementos:

  • Atención plena (o mindfulness)
  • Amabilidad
  • Humanidad compartida

Habrás escuchado sobre la práctica de mindfulness y entrenamientos destinados a ello. El mindfulness propone estar abiertos a la experiencia. Lo primero es darnos cuenta y a continuación elegir aceptar tanto la realidad de ese momento, como nuestra vivencia y emociones asociadas.

La amabilidad se refiere  a la mirada comprensiva, cariñosa, sin juicio, tan distinta de esa mirada autocrítica que utilizamos con demasiada frecuencia.

La humanidad compartida invita a darnos cuenta de que no estamos solos. De que todos formamos parte de lo mismo. Con similares miedos, deseos, expectativas e inseguridades, y desde ahí generar una sensación percibida de conexión y pertenencia entre nosotros, buen antídoto para la vivencia de la soledad y la incomprensión. El concepto de humanidad compartida arroja datos muy interesantes en la investigación universitaria sobre compasión.

¿Humanidad compartida?

Quiero contaros algo que me ocurrió durante una investigación. Organizamos una pequeña investigación para medir los efectos del entrenamiento en mindfulness en un grupo de adolescentes en el contexto de un gran hospital de referencia en Madrid. El momento más bonito de las ocho semanas de entrenamiento compartido con el grupo de chavales fue algo relacionado con la humanidad compartida:

Al entrenamiento asistíamos con constancia un grupo de chavales adolescentes seleccionados por algunas variables que lo hacían homogéneo y acompañábamos un equipo interdisciplinar de enfermeros, psiquiatras y psicólogos, realizando juntos los ejercicios como aprendices. Una participante adolescente que inicialmente presentaba niveles muy altos de ansiedad, autocrítica y conductas de evitación en situaciones sociales a las que no se atrevía a enfrentarse, durante las semanas de entrenamiento hizo una mejoría muy clara en su vida cotidiana. Me resultó especialmente significativo cuando tras la última sesión nos contó que lo que más le había marcado había sido la vivencia de la humanidad compartida.

En la tercera sesión, ante un ejercicio, una de las enfermeras, adulta, experimentada y habilidosa en sus áreas, tuvo un rato de llanto y mostró inseguridad sobre algo que había vivido. La adolescente se encontraba ensimismada rumiando sobre sus “grandes problemas” y al ver a la adulta mostrarse vulnerable, se sintió muy acompañada en ese momento y experimentó una sensación de humanidad compartida que le animó sin palabras a abrirse más a sus iguales en su vida cotidiana, a normalizar su malestar y a sentirse más acompañada y conectada con los demás.

Esto es la humanidad compartida.

Si quieres leer sobre personas a las que también les afecta el miedo a equivocarse, puedes empezar por el caso de Teo

La compasión es bidireccional.

Quizá tienes facilidad para mirar a las personas que más quieres sin juicio, siendo permisiva con sus errores y buscando lo mejor para ellos. Y al mismo tiempo, es probable que a ti misma te mires desde un filtro más duro, con más juicio. O quizá directamente la mirada sea dura en ambas direcciones. Pones un filtro exigente y crítico hacia el otro y hacia ti misma.

La manera en la que miramos al otro y a nosotros mismos está íntimamente relacionada. Incluso cuando toma dos colores distintos, forma parte de lo mismo.

Algunas personas tienen la fortuna y el acierto de tratarse con amabilidad a sí mismos, así como de ver a los demás con los mejores ojos. Sin embargo, esto no es lo más frecuente. ¿es tu caso?

 La compasión implica perdón.

Una mirada compasiva elije comprender que las cosas ocurrieron, fueron así. No es que las justifique ni me resigne, sino que decido aceptar lo que ocurrió. No me quedo enganchada en los hechos del pasado, repitiendo mentalmente aquello molesto que viví, si no que elijo poder seguir adelante. Una vez que estoy preparada, tomo activamente la decisión de perdonar y perdonarme.

Para perdonarme, previamente necesito reconocer y validar lo ocurrido. Si quieres leer sobre validación, pincha aquí 

Perdonar al otro significa un cierre de cuentas pendientes. Abandonar el deseo de venganza o compensación, que normalmente nunca llega si no que me mantiene enredada en el incidente. Perdonar me ofrece presente y futuro libre de cargas.

Y perdonarme a mi misma me ofrece verme de nuevo como una persona esencialmente buena, que se equivoca, que sigue aprendiendo de los errores y no se queda atascada tras cada traspiés. Esto promueve que me sienta más esperanzada y capaz hacia el futuro.

¿Y tú qué tal llevas esa mirada compasiva hacia ti misma?