18 hábitos saludables que puedes integrar en tu rutina desde hoy (o no)
Los hábitos se entienden como los comportamientos o actividades que hacemos con frecuencia y forman parte de nuestra rutina. Se definen como saludables si nos ayudan a mejorar nuestra salud.
Establecer nuevos hábitos a principio de año suele ser uno de los propósitos tradicionales en estas fechas. Por supuesto, analizar qué necesitamos y qué objetivos nos ponemos para lograrlo es un proceso sano que nos permite avanzar y evolucionar, pero ¿tiene que ser ahora? No, no es obligatorio que sea en este momento coincidiendo con el cambio de año. Puedes hacerlo si te apetece y te motiva en este instante, aunque es igual de válido que sea en cualquier otro que sientas. Está bien que no estés preparada para el cambio, que simplemente no quieras hacerlo o no ahora. No hay prisa.
En ocasiones, el mundo a nuestro alrededor hace que sintamos como un deber hacer lo que es más típico. Por eso me parece importante recordarte que no cumplir con lo establecido también es una forma de cuidarte, aunque sin duda establecer hábitos es importante para nuestro autocuidado.
Por este motivo, te presento una serie de hábitos saludables para que empieces a poner en práctica cuando te apetezca y estés preparada para ello. Recuerda hacerlo siempre bajo tu elección y con objetivos paso a paso, ya que si te propones implementar un hábito saludable que te suponga mucho tiempo o esfuerzo de primeras es posible que desistas pronto y te suponga frustración. Te recomiendo que decidas de uno en uno y no pases al siguiente hasta que el anterior esté implementado a tu rutina.
Hábitos saludables relacionados con las necesidades físicas
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Beber agua
Beber la cantidad suficiente de agua es necesario para el buen desarrollo de nuestra salud física. En ocasiones se nos olvida por estar inmersos en alguna actividad como la laboral o por pasar mucho tiempo fuera de casa sin tener agua a mano. Una buena solución es llevar siempre una botella o cantimplora (preferiblemente reutilizable) y estar atenta a tus señales corporales de sed para utilizarla.
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Mejorar tu higiene
Tener una higiene básica es fundamental para nuestra salud y es bastante probable que ya lo hagas. Por eso te animo a añadir algún pequeño detalle que mejore esta higiene como pasarte el hilo dental, encontrar un champú que beneficie más a tu pelo o establecer una rutina de limpieza facial con productos específicos para esta zona de tu cuerpo.
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Comer más frutas y verduras y menos alimentos procesados
Aumentar la proporción de fruta y verdura en todas nuestras comidas aumenta considerablemente nuestra salud y la de nuestro planeta. Además, conseguir que el consumo de alimentos procesados sea de manera esporádica y no rutinaria nos ayuda a aumentar el consumo de productos naturales y más saludables. No se trata de prohibirnos este tipo de alimentos ni mucho menos, simplemente conseguir que su proporción en nuestra alimentación no sea alta.
No dudes contactar con una profesional de la nutrición para que te guíe en cómo hacerlo y aprender sobre tu alimentación si lo consideras necesario.
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Establecer una rutina de sueño
Tener hábitos saludables relacionados con nuestro sueño y la mejora de su calidad, que es necesaria de por sí, nos trae además beneficios secundarios en nuestra salud física y mental. Si quieres saber con más detalle cómo hacerlo pincha aquí .
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Reducir el consumo de sustancias nocivas
Consumir determinadas sustancias como tabaco o alcohol es bien sabido que es perjudicial para la salud. Es genial si has decidido que estas sustancias no estén presentes, pero si no es así, recuerda que también es un paso si haces un consumo más responsable tanto reduciéndolas en cantidad como emplazándolas a situaciones muy específicas y poco frecuentes como, por ejemplo, las celebraciones. Estaría bien que te plantees si su consumo cumple para ti una función emocional y, en ese caso, que lo comentes con tu psicóloga.
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Hacer ejercicio
Tener una actividad física frecuente y reducir los tiempos de sedentarismo tiene amplios beneficios para la salud física y mental. No se trata sólo de practicar un deporte o ir al gimnasio, también está bien si paseas o vas en bici en lugar de coger el autobús o te acostumbras a subir las escaleras en lugar de utilizar las mecánicas o el ascensor.
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Acudir a profesionales de la salud
Ir al médico, al psicólogo, al fisioterapeuta, al ginecólogo, al dentista, al nutricionista… si bien suele suponer una dificultad porque es algo tan esporádico que es difícil incorporarlo en nuestra rutina o porque implica comenzar con un tratamiento que requerirá tiempo y esfuerzo, es un hábito fundamental para supervisar nuestro estado de salud y tener un acompañamiento en su mejora. Si te es más fácil, ve uno por uno cogiendo las pertinentes citas y abriendo un proceso cada vez. Una vez que tengas establecida tu rutina con una especialidad comienza con la siguiente, aunque se solapen en el tiempo, para poder enriquecerte de una visión multidisciplinar.
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Cuidar el espacio y ordenar
Dedicar un tiempo a que los espacios físicos en los que nos movemos nos resulten agradables y acogedores lo disfrutamos el resto del tiempo y supone una ayuda extra a la hora de realizar es resto de nuestras actividades a nivel físico y a nivel mental.
Hábitos saludables relacionados con las necesidades de ocio
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Establecer un tiempo sin actividad planificada
Hablar de tiempo libre en ocasiones es un eufemismo para hablar del tiempo de ocio. Es cierto que para tener un ocio de calidad es necesaria planificación, pero también es necesario tener espacios realmente libres para hacer lo que nos apetezca en ese instante. Atrévete a improvisar y desarrollar la imaginación en un espacio donde tú decidas y que no esté pautado por otros.
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Salir a la naturaleza
Notar el sol y la brisa en la piel, escuchar sonidos naturales como los pájaros o el ruido del viento entre los árboles, tocar la hierba, la arena o el agua del río o del mar, mirar las estrellas… nos ayuda a estar en calma y respirar.
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Dedicar un tiempo al arte
Escuchar música que te gusta, ir al teatro, ver una película, leer un libro, ir a un museo, hacer cerámica, dibujar… Cómo desarrollar tu creatividad y/o conectar con lo emocional desde lo artístico lo eliges tú. Si quieres saber más sobre sus beneficios hazlo aquí.
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Jugar
Jugar es una actividad que nos acompaña en nuestro desarrollo en la infancia y no deja de hacerlo el resto de nuestra vida, aunque lo común es que le dediquemos menos tiempo con los años. Los juegos de mesa, los scape rooms, los juegos sexuales, los deportes,.. son algunas de las posibilidades para integrar el juego en nuestra vida adulta.
Hábitos saludables relacionados con las necesidades psicológicas
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Pasar tiempo con los tuyos
Dedicar tiempo de calidad a tus vínculos más importantes y nutrirte de ellos desde el buen trato forma parte del tu propio cuidado y el de la gente que te importa.
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Escucharte
Parar, respirar y escucharte. En principio parece sencillo, pero en muchas ocasiones no dedicamos un espacio y un tiempo a escuchar nuestro cuerpo y nuestras necesidades. Puedes hacerlo estableciendo un tiempo específico para ello o integrándolo durante unos segundos en otras actividades.
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Encontrar espacios de expresión emocional
Encontrar momentos, actividades o personas para expresar nuestras emociones ayuda a regularlas. Aunque sería ideal encontrar cómo cubrir las necesidades asociadas a estas emociones, en ocasiones es suficiente con darles salida o compartirlas.
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Reír
Reír y encontrar momentos donde conectar con el humor, no de manera forzada e invalidando emociones de malestar sino complementándolo con estas.
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Besar y abrazar
Contactar físicamente con otras personas también es beneficioso para nuestra salud, siempre que sea en vínculos que sepamos que son seguros y desde la apetencia, en ningún caso desde la obligación.
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Hacer cosas nuevas
Probar y explorar cosas nuevas nos nutre. No es necesario que sean grandes actividades, pueden ser pequeños elementos integrados en actividades que ya realizamos como escuchar una nueva canción, degustar un sabor diferente o hacer otro camino al trabajo.
Y recuerda, como dice Rozalén, si quiero mejorar el mundo, primero voy a mimarme yo.