Cuando la medicina son los otros.

Cuando la medicina son los otros.

 

La soledad flota hoy sobre nuestra cultura como una niebla espesa 
(J. Hari, 2019) 

Seguro que te suenan los siguientes titulares, todos de las últimas semanas, aunque con temáticas que tienden a repetirse de forma sistemática: 

  • “La soledad multiplica por cinco las probabilidades de desarrollar una depresión” 
  • «Brad Pitt se sincera sobre la depresión que sufrió: ‘Siempre me he sentido muy solo’. 
  • “España es el principal consumidor de antidepresivos y ansiolíticos de Europa” 

Estos titulares corroboran lo que multitud de estudios e investigaciones evidencian desde hace décadas: existe una clara la relación entre la soledad no deseada, los trastornos afectivos (ansiedad y depresión) y el incremento imparable en nuestra sociedad del consumo de ansiolíticos y antidepresivos.  

En su ensayo “Conexiones perdidas”, el periodista Johan Hari, basándose en decenas de investigaciones y entrevistas con sociólogos y psicólogos de todo el mundo, aseveró haber encontrado un elemento común, aunque no único, a las causas sociales y psicológicas de los trastornos emocionales. Todas son formas de desconexión: desconexión de un trabajo con sentido, desconexión de otras personas, desconexión de valores significativos, etc. 

¿Te resultan familiares estos patrones de desconexión en la sociedad en la que vivimos?.

 EL PROCESO DE CONVERTIRSE EN PERSONA 

He de reconocer que soy una gran fan de las listas de tareas desde siempre, incluso durante el verano. 

Pues bien, una de mis anheladas tareas para desconectar este verano, era volver a leerme uno de esos libros que te marcan la primera vez que los lees. Se trata del clásico “El proceso de convertirse en persona” de Carl Rogers, uno de los máximos exponentes del humanismo en psicología, escrito a mediados del siglo pasado.  

En ello estoy y me sorprende lo actuales y necesarias que resultan sus ideas, casi 70 años después de haberlas escrito, sobre todo después de leer los titulares y artículos con los que comienzo este post. 

Rogers afirma que convertirse en persona es un proceso que dura toda la vida. Somos seres en proceso de construcción, con potencial para cambiar, para crecer, para desarrollarnos y con una tendencia innata a la autorrealización.  

Eso sí, este proceso de convertirse en persona no sucede de forma aislada. Este proceso es (todos somos) el resultado de las interacciones y de las relaciones que establecemos con las personas que nos rodean, desde nuestros primeros minutos de existencia y a lo largo de toda nuestra vida. Por tanto, el proceso de convertirnos en personas dependerá en gran parte de la calidad de las relaciones que establezcamos con los demás.  

 DESCONECTADOS DE LOS DEMÁS 

Sin embargo, nuestro mayor problema en la actualidad es que cada vez vivimos más desconectados de los demás. Vivimos dejándonos atrapar por nuestros miedos e inseguridades, que nos limitan y nos aíslan aún más. Por tanto, construimos máscaras de nosotros mismos para esconder en lo más profundo nuestro verdadero yo y así lograr funcionar cuando salimos a la “realidad”.  

Un buen ejemplo, es lo que nos pasa con las vacaciones. Vivimos esperando a que lleguen las ansiadas vacaciones de verano, prácticamente desde que comienza el año. Es el anhelado momento para desconectar de nuestro frenético día a día y reconectar con “lo esencial”, con la familia, con los amigos y con nosotros mismos. 

Sin embargo, estas semanas generalmente acaban convirtiéndose en lo contrario. La “obligación” de ser felices y de contarlo a los demás, previo filtro y edición, nos inunda. Vivimos en la época del postureo, del ocultar nuestra esencia y del crear personajes que nada tienen que ver con quienes somos en nuestro yo más profundo. Podemos tener cien amigos, pero sentirnos más solos y desconectados del mundo que nadie.  

 

CONECTAR DESDE LA AUTENTICIDAD 

¿Y si aprovechamos estas semanas de desconexión vacacional, para dedicarnos unos momentos fuera del mundo digital, a reconectar con nosotros mismos y con aquellas personas que más nos importan? Hermanos, pareja, hijos, padres, amigos íntimos, etc. 

Rogers nos da 3 claves para logar establecer relaciones de calidad con quienes más nos importan: 

1. Muéstrate auténtico y coherente con quién eres

El tiempo es un bien preciado. Cuando dediques tu tiempo a conectar con alguien que te importa, hazlo desde tu esencia, desde tu yo más profundo, desde tu verdad. Rápidamente notarás cómo los lazos se estrechan, la confianza aumenta y las máscaras de ambos caen. Todos estamos deseando conectar de forma auténtica. 

2. Muestra respeto incondicional.

 Percibe y acepta tus ambigüedades, tus inseguridades y tus miedos. Simplemente, déjalos estar. Adopta una actitud cálida, comprensiva y positiva hacia ellos. Igualmente, adopta esta postura de aceptación incondicional, cálida y positiva, hacia las inseguridades y miedos de los demás.  

3. Practica la comprensión empática.  

Entiende que cada persona ve el mundo desde sus propias “gafas de ver”. Esas lentes van cargadas con historias pasadas y con herramientas aprendidas para hacer frente a la vida. Puede que no sean las mejores herramientas, pero son las que tienen. Como te pasa a ti. Aprende a relacionarte y ver a los demás, como personas que se encuentran en el mismo proceso de convertirse en personas en el que te encuentras tú.  ¿Quieres saber mas sobre validación emocional? CLICK.

Durante estas semanas de calor, vacaciones y “obligada” felicidad, nos esperan muchas noticias y titulares como los que estamos viendo. ¿Y si todos dejamos de lado las máscaras y nos dedicamos a conectar? ¿Y si la verdadera medicina para nuestro dolor, fueran los demás? Conecta, pide ayuda si lo necesitas y sigue en construcción.  

 Carl R. Rogers, “El proceso de convertirse en persona”, Barcelona, Paidós, 1972. 

Johan Hari, “Conexiones perdidas”, Madrid, Capitan Swing Libros, 2019.