Cómo tener una buena relación de pareja

Cómo tener una buena relación de pareja.

Es posible que estés en una relación de pareja y que a veces te plantees esta duda, especialmente cuando las cosas no van como te gustaría. Tal vez, tenéis muchas discusiones y no sabéis como resolverlas; o quizá, haya una falta de muestras de cariño con el paso del tiempo. Son muchos los motivos por los que una pareja puede no funcionar adecuadamente y, en este artículo, vamos a revisar unas pautas básicas para reflexionar sobre las necesidades que puede tener tu pareja y que puedes no estar atendiendo.

  1. Asegúrate de que tu relación es sana

Lo básico y esencial en una pareja es que nos aseguremos de que es una relación sana. Para ello, es importante que os sintáis cómodos (ambos) con la relación que habéis establecido respecto al nivel de compromiso y de las implicaciones que tiene esta relación a corto y largo plazo.

Cosas como que un miembro de la pareja desee una relación exclusiva y la otra persona no, que un@ quiere tener hijos y el otr@ no, y un largo etc., son importantes para valorar la compatibilidad real de las personas implicadas en esta relación. Al final, sólo uno de los escenarios es posible, y eso implicará un gran sacrificio para la persona que no vea cubiertas sus necesidades.

Por otro lado, es importante ser consciente de si la relación está construida o funciona desde algún o algunos mitos del amor romántico, ya que éstos suelen entrañar cierta toxicidad y/o dependencia emocional.

En última instancia, lo principal es que nos sintamos a gusto con nuestra pareja. Por supuesto, es complicado estar siempre bien, pero las señales emocionales son muy importantes para comprender cuánto de bienestar nos brinda este vínculo y cuánto de malestar. Esto es un buen indicador para saber si hay cosas que atender y si la relación está siendo sana para ti.

 

  1. Poner el foco y hacernos cargo de nosotr@s mism@s.

Una de las problemáticas más habituales en terapia de pareja son las constantes discusiones y conflictos entre los miembros que la conforman. Estas discusiones suelen implicar un bucle en el que cada un@ tiene una lista innumerable de quejas y recriminaciones presentes y pasadas sobre su pareja. Esta lista, la acompaña cómo es lógico, sus correspondientes propuestas de cambio. Muchas veces, hay tantas propuestas de cambio que resulta imposible que se lleven a cabo, ya que eso implicaría prácticamente tener una relación con otra persona diferente. Además, llegar a esta situación es tan desbordante y genera tanto malestar, que es complicado que se produzcan avances y cambios en las cosas que sí puedan mejorarse.

En general, en los vínculos adultos, aunque acostumbremos a esperar que nuestra pareja satisfaga ciertas necesidades, no sólo emocionales, sino sociales, de ocio, intelectuales etc.,  lo más sano es que cada uno cubra sus necesidades, así no habrá dependencia emocional, te sentirás autosuficiente y váli@, con una vida más satisfactoria.

Una vez que cada uno cubre sus necesidades, es mucho más fácil mirar con perspectiva a la pareja y ver qué te aporta la otra persona y si para ti es suficientemente bueno.

En resumen, haciéndote responsable de tu propia felicidad, podrás disfrutar del extra que te brinda tu pareja.

Una vez que se reduzca el nivel de conflicto, podrás hablar con tu pareja de los pequeños cambios que podéis hacer para que la relación sea más satisfactoria. La comunicación positiva y constructiva es fundamental para que funcione adecuadamente. Plantéate qué clase de cambios necesitáis cada un@ , y si realmente conectáis con la necesidad de hacerlo distinto ya que si no, es poco factible que el cambio se produzca o se mantenga mucho tiempo.

  1. Resolución de conflictos

Este apartado es básico: es fundamental que os comuniquéis y que lo hagáis para construir. Si no hay comunicación, falta información y por muy intuitiv@ que seas, la mayoría de veces no acertarás del todo. Piensa que la forma que tenemos de interpretar el mundo es a través de nuestras propias necesidades, emociones, ideas… Es decir, a través de nuestra propia mirada. Por muy empático@ que seas y mucho que conozcas a la otra persona, es complicado que analices una misma realidad con la mirada de otra persona y aciertes, ya que siempre te va a faltar información.

Siempre pregunta antes de dar por sentado algo, siempre expresa antes de pensar que la otra persona tiene que adivinar lo que piensas o sientes.

  1. Afecto

En la actualidad, existe cierta confusión entre la sensación de estar enamorado y el amor. Parece que en cuanto la pareja lleva más tiempo junta que el tiempo que duran esas mariposas en el estómago y esa emoción/excitación por estar con la otra persona, significa que ya no hay amor. El amor va evolucionando a lo largo del tiempo y cambia en la forma de existir en una pareja. Sin embargo, es fundamental que, estés en la etapa que estés, siga habiendo afecto. El afecto es una forma de recordarnos que atesoramos al otro. Este afecto puede manifestarse de muchas formas distintas, por lo que será importante que pensemos en cómo y cuándo damos ese afecto o si es una tarea pendiente en la relación de pareja.