Ocio sano: tiempo libre saludable y de calidad
Si estás estudiando o trabajando es frecuente esperar con ganas el momento en el que podamos descansar y hacer actividades de ocio (y si es ocio sano, mejor) fuera de la rutina. Nos encontramos especialmente positivos cuando ya estamos terminando la semana y podemos empezar a poner la mirada en los espacios de tiempo libre y fin de semana. O si tienes un horario distinto al más habitual, en tus días de libranza.
Muchas personas anhelan esos momentos, pero cuando llegan, se encuentran cansados o desmotivados y no saben qué hacer. De la misma manera, justo en los momentos de tiempo libre es cuando más tiempo tenemos para pensar, estar con uno mismo y conectar con nuestras emociones, miedos, insatisfacciones, etc.
Formas de afrontamiento
En artículos como No sé qué me pasa, me siento mal y no sé por qué ya habíamos explicando las formas que tenemos las personas de actuar ante el malestar. Siendo personas que lo omiten/evitan, haciendo por tanto en su tiempo libre actividades de forma compulsiva para evitar conectar con ellos mismos y descubrir que, en efecto, hay cosas que marchan mal y que, a lo mejor, no se encuentran especialmente bien en esta etapa de sus vidas.
El polo opuesto, serían las personas que conectan tanto con ese malestar al tener tiempo libre que el ocio y descanso de calidad queda reducido a nada: a pasar muchas horas en la cama o en general dentro de casa, dedicando mucho tiempo absortos en sus pensamientos y emociones que les hacen entrar en una espiral de malestar continuo y que, desemboca en tener pocos momentos de calidad fuera de la vida laboral, estudiantil, etc.
Pero… ¿Es siempre así?
Al explicar esto de forma tan simplificada, es fácil que estemos relacionando a una persona muy activa con un afrontamiento evasivo (de no querer conectar con ellos mismos) y a una persona más casera o introvertida con un afrontamiento de regocijo ante el malestar.
Sin embargo, lo importante no es lo visible de la actividad o la actividad en sí, si no qué función tienen los planes que hacemos en nuestro tiempo de ocio.
Hablemos de actividades
Así, hay actividades que permiten la desconexión de nosotros mismos de forma más clara, como pueden ser las películas, las series, los videojuegos, los libros, cómics o mangas, etc. Son actividades qué claramente nos hacen dejar de “existir” cuando nos dejamos absorber por la historia y vivir lo que nos cuentan cómo si estuviésemos dentro. También podemos englobar en este tipo de actividades otras formas de desconectar, como tareas especialmente mecánicas y repetitivas, dormir, entre otras.
Pero esto no significa que sean malas opciones, que no puedan ser ocio sano o que todas las personas usen esto de esta manera evasiva . La cuestión es ¿Para qué hago esto? ¿Qué función tiene dedicar tiempo a esto? ¿Cómo me hace sentir? Y lo que es muy importante ¿Lo hago con intencionalidad?
Si estos planes los solemos hacer con una función de disfrute, de una forma totalmente intencional y medida, y después de hacerlo nos encontramos a gusto y con sensación de bienestar, entonces probablemente, sea una relación sana la que tenemos con estas actividades. Por otro lado, si lo hacemos para desconectar, porque no sabemos qué otra cosa hacer o porque si no, nos damos cuenta de que no estamos bien, es importante que detectemos que la función que tiene esto es evadirnos de nosotros mismos y de nuestras emociones.
Si, además, el uso de estas actividades es muy frecuente y sin ningún tipo de medida en el tiempo, entonces todavía con más razón el replantearnos qué está pasando. También es posible encontrarse apático después, ya que tenemos que “volver a esta realidad nuestra” que no nos tiene plenamente satisfechos. Lógicamente, esta sensación se agrava todavía más si hemos estado de forma automática tantas horas centrados en ver varias temporadas de una serie.
Buscar un equilibrio intencional
Para gustos colores, como siempre se ha dicho. Cada persona tiene sus propios gustos y todos los planes y actividades pueden aportar algo. En este sentido, es muy importante poder conocernos para entender qué hacemos y por qué lo hacemos. De esta manera también podremos introducir cambios acordes a nuestras necesidades.
En primer lugar, te animamos a detectar para qué haces las actividades qué haces, por si realmente hubiese algunas que funcionasen de forma evasiva y en tu interior existe malestar con tu vida o contigo mismo. Si es así, plantéate ir a la raíz del problema, ya que evitando lo que nos pasa sólo retrasa y aumenta dicho malestar. De la misma manera, también sería interesante reflexionar sobre este tema si te sueles encontrar especialmente desmotivado, triste y apático cuando tienes tiempo libre. Por ejemplo, quedándote sin hacer muchas de las cosas que te gustaría o que antes hacías.
Si no es ninguno de tus casos, simplemente te proponemos que puedas abrir debate contigo mismo/a sobre este tema ¿Qué cosas te apetecería hacer y llevas tiempo posponiéndolas? A lo mejor llevas tiempo queriendo aprender algo nuevo, dedicar un espacio a un ocio más creativo, o dedicar más tiempo a conectar con los demás, etc. Es importante en nuestra vida personal poder escucharnos, descubrir qué cosas nos gustan y nos hacen sentir bien y buscar llenar nuestra vida de todas ellas y así tener un ocio sano que nos llene y nos enriquezca.
Julia Martín Sánchez