A veces los niños no están preparados para hablar de un tema. O se sienten incómodos. Por timidez, por falta de costumbre, por ser un tema difícil o algo que les está afectando más de lo que saben manejar.
En esos casos, es útil tener estrategias para abrir la comunicación de manera indirecta. Podrán expresarnos sus necesidades, qué les ha ocurrido o cómo se sienten. Y habremos saltado la primera barrera. Una vez abierta la comunicación, si conseguimos crear un clima cómodo, es muy probable que ya hablen de manera más abierta y entonces podamos apoyarles como necesitan de manera directa. Si quieres conocer algunas técnicas para facilitar la comunicación directa pincha en nuestro artículo, ¿Cómo mejorar la comunicación con mi hijo?
Es importante hacer siempre un primer acercamiento:
· Durante una actividad.Mientras jugamos a construir con LEGO, estamos pintando o estamos cocinando juntos. No estamos mirándonos a los ojos y sin embargo estamos juntos, haciéndonos una compañía agradable. Mientras la atención está puesta en la actividad, especialmente si la actividad tiene un componente repetitivo en la que el niño está atento y cómodo. Si ahí lanzo una pregunta más personal, es muy probable que responda cómodamente sin que le resulte invasivo.
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· Después de hacer ejercicio físico juntos.Podéis hacer una tabla de ejercicios, ambos esforzándoos físicamente. Al terminar, el estado de ánimo es distinto y las defensas han bajado. Es un buen momento para preguntar algo personal.
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· Con el cuento de antes de dormir.Muchos niños pequeños y medianos, se muestran más tiernos y cercanos en ese rato de meterse en la cama antes de dormir. De la misma manera que pueden recibir un cuento, caricias o masaje gustosamente, incluso retrotrayéndose a una actitud y conducta de etapas más infantiles, también a muchos les ocurre que durante ese rato bajan las defensas y tienen ganas de contar sus inquietudes y de ser cuidados con ternura.
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Nota importante. Respetemos sus tiempos. Estemos muy cerca, abiertos y disponibles. Pero si ha ocurrido algo difícil, algunos niños necesitan su tiempo para procesarlo antes de estar preparados para hablar de ello.
La naturalidad
Hablar y preguntar con normalidad es clave para que el hijo también lo viva como algo natural. El adulto puede hacer un comentario de algo ocurrido, preguntar al niño con naturalidad qué opina. Quizá también contar un ejemplo de algo que le ha sucedido a otra persona. Eso sí siempre con naturalidad, validando lo que ha vivido y sentido la otra persona. Si el niño percibe que estamos siendo juiciosos con la otra persona, no nos contará cuando tenga una vivencia parecida por temor a ser juzgado y callará información de cómo se siente o qué le preocupa.
· Algo que funciona muy bien es hablar mientras damos un paseo por el campo. Para aquellos niños a los que la mirada directa les resulta un poco inquisidora, si estamos cerca mirando en una misma dirección, las preguntas pueden resultarles menos invasivas que en el cara a cara.
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- Mirada directa o indirecta. Detectemos con qué se siente más cómodo nuestro hijo y qué es lo que mejor nos funciona con cada niño. Unos niños se sienten muy cómodos en un momento afectivo, de mimos y cariños, como el ejemplo del cuento en la cama. Se derriten ante los mimos y es ahí cuando más se sueltan. Hay niños que sí buscan una mirada muy directa y atenta.
Otros niños están más cómodos con un formato más indirecto. Expresan en pocas palabras y enseguida cambian de tema. Permitámoslo también si es ésa su forma de expresar y pedir ayuda.
Juegos y estrategias para expresión de emociones:
· Ruleta de emociones—— Cada uno cuenta la suya.
· Paisaje emocional: Ojos cerrados, introducción de mindfulness, visualizar su paisaje emocional. Después dibujarlo.
· Índice tipo emocionario, y señalar las que está sintiendo ahora. |