¿Qué es exactamente la ansiedad? ¿Es normal sentir ansiedad? ¿Tengo ansiedad y puedo no saberlo? La ansiedad es una emoción normal que todos hemos experimentado alguna vez, ¿conoces su función?
La ansiedad tiene una importante función: avisarnos de una posible amenaza y movilizarnos ante la misma. Esta emoción nos permite ponernos en marcha para neutralizar, minimizar, afrontar o asumir un posible riesgo.
Imagina que un coche se acerca rápidamente a donde estás. Automáticamente tu cuerpo emitirá una reacción de tensión que hará que te muevas lo más rápido posible para evitar la colisión, o una respuesta de quedarte en el sitio antes de cruzar para que no te atropellen. Durante estos segundos, nuestra supervivencia ha sido posible gracias a la ansiedad.
¿Cómo diferencio la ansiedad de otras emociones?
La ansiedad se manifiesta de tres formas o en tres tipos de respuesta:
- A nivel cognitivo: se generan numerosos pensamientos a través de los cuales se hace la evaluación de amenaza.
- A nivel motor: todas las conductas que emitimos, como movernos rápidamente o mover una parte del cuerpo rápidamente.
- A nivel fisiológico o corporal: nuestro cuerpo sufre una serie de cambios, por ejemplo, el corazón late más deprisa, la respiración es agitada, y los músculos se tensan.
Es decir, el cuerpo se prepara para combatir una posible amenaza que siente que en ese momento puede hacernos daño.
¿Es la ansiedad útil?
La ansiedad cumple una función adaptativa: nos permite sobrevivir. A veces, necesitamos disponer de toda nuestra energía para focalizarnos en un objetivo, o para mantenernos despiertos más horas de lo normal porque hay que entregar un proyecto importante.
Son muchas las situaciones en las que la ansiedad nos ayuda. Por ejemplo, cuando tengo un examen dentro de un mes, me cuesta mucho ponerme a estudiar con tanta antelación. Sin embargo, cuando queda una semana es más fácil encontrar el momento de hacer algo que me aburre como puede ser estudiar. Esto es gracias a que mis niveles de ansiedad han aumentado.
La ansiedad normal y proporcionada no debe ni puede eliminarse, ya que se trata de un mecanismo que tiene nuestro cuerpo para protegernos y es funcional y adaptativo. Nos sirve para mirar a ambos lados antes de cruzar, ponernos manoplas cuando la bandeja del horno está caliente ante la posibilidad de quemarnos, ponernos a estudiar un examen con antelación, etc.
Pero entonces, ¿por qué yo vivo la ansiedad como un problema?
A veces, la ansiedad puede ser un problema. En especial cuando sus manifestaciones son muy intensas, pudiendo incluso llegar a constituir un riesgo para la salud e interferir en nuestro día a día. En estos casos hablamos de ansiedad desadaptativa o incluso de trastornos de ansiedad.
Puede ser que alguna vez te hayas activado tanto antes de exponer en público, que crees firmemente que acabarás por hacer el ridículo y hayas acabado por no ir a la presentación. O que cada vez que piensas en tener que coger el metro, tu cuerpo se active tanto que canceles los planes o los modifiques para no coger el metro.
Son muchos los motivos o los momentos vitales en los que podemos sentirnos desbordados por la ansiedad, con la sensación de que todo se escapa a nuestro control (especialmente nuestras sensaciones corporales). También puede ocurrir que estas manifestaciones de ansiedad no sean demasiado intensas o nos hayamos habituado a vivir con ellas. Sin embargo, una ansiedad mantenida durante mucho tiempo puede generar somatizaciones, problemas de sueño, cambios de peso, aislamiento y otras consecuencias desagradables.
Si sientes que esta es tu situación y, a pesar de los intentos, no has logrado manejar estos síntomas; no dudes en ponerte en contacto con un profesional.
La ansiedad no es nuestra enemiga, solo que a veces no sabemos cómo escucharla.