NEUROPSICOLOGÍA DE LAS EMOCIONES

NEUROPSICOLOGÍA DE LAS EMOCIONES

La neuropsicología es una ciencia que surge de la relación entre psicología y neurología. Toda evaluación neuropsicológica debe incluir la observación de la conducta emocional.

Empecemos por definir brevemente qué es una emoción y qué es la neuropsicología. Las emociones son estados fisiológicos y conductuales que dirigen nuestra supervivencia y que aparecen ante determinadas situaciones del mundo externo o interno. De forma tradicional, se acepta que existen seis emociones básicas universales: alegría, tristeza, miedo, asco, enfado y sorpresa. Existen otras tantas emociones secundarias que se van aprendiendo. Por otro lado, la neuropsicología es el estudio de los procesos cognitivos superiores (atención, memoria, lenguaje, percepción…) y su relación con el cerebro, entendiendo este como un todo, es decir que también se estudia o se analiza (o al menos sería recomendable) los procesos emocionales, sociales y conductuales. Todo proceso mental (por ejemplo, sentir alegría) responde a pautas de procesamiento o alteraciones cerebrales (se libera serotonina y dopamina).

Entonces, ¿qué pasa en el organismo cuando nos emocionamos?

En primer lugar, hablaríamos del sistema límbico, también conocido como cerebro emocional, es “el árbitro” que decide qué información merece ser aprendida en función de si la experiencia es placentera o displacentera, impactando por tanto en la memoria y el aprendizaje. El sistema límbico está compuesto por varias estructuras que participan en la regulación emocional como la amígdala, situada en la parte anterior del lóbulo temporal, que se encarga de procesar e integrar la información emocional además de emitir conductas emocionales. Es por eso que está muy relacionada con las respuestas de miedo, nos avisa de un peligro y activa todos los mecanismos para huir o escapar de la amenaza.

 

 

Por otro lado tenemos el hipocampo, el encargado de la memoria emocional. Por ejemplo, nos ayuda a recordar cómo nos sentimos en el colegio, si alguien nos hizo sentir mal, si fuimos felices, etc. Además está vinculado con los instintos, sobre todo con las conductas de agresión, sexo, hambre y sed.

El giro cingulado está relacionado con la motivación y la corteza orbitofrontal caudal participa en la toma de decisiones y se asegura de que emitimos una adecuada conducta social.

El cerebelo, que sería “el gran modulador de las emociones” además de tener otras funciones, integraría la información procedente de la áreas asociativas, regulando la velocidad, la consistencia y la adecuación de las respuestas cognitivas y emocionales al entorno.

El tálamo, “el guardián” ya que está situado en un lugar estratégico para hacer llegar la información a otras zonas del cerebro, además de encargarse de la información que llega de los sentidos (olfativa, auditiva…).

El hemisferio derecho está relacionado principalmente con las emociones displacenceras como la ira o el miedo, además de un ser un “experto” en analizar las expresiones faciales, el tono de la voz y activar los sistema de alerta.

En cambio, el hemisferio izquierdo participa más en las emociones agradables. Está implicado en el control de los pensamientos de contenido emocional y en disminuir la sensación de alerta.

Y entonces, ¿qué papel tiene el cuerpo en todo esto?

El cuerpo es el “contenedor” donde ocurre todo. Por un lado, nos llega la información que nos proporcionan nuestros sentidos (estímulos exteroceptivos) y también nos llega información de nuestro propio cuerpo (estímulos interopceptivos). En un primer momento, sentimos las emociones en el cuerpo y después en el cerebro. O dicho de otra manera, primero temblamos y después sentimos miedo. El cuerpo informa al cerebro que recibe toda la información estimular y la integra en su totalidad. Procesa los estímulos y los une con una emoción. Por eso somos seres cognitivo-emocionales (pensamos y sentimos) y luego seres motores (emitimos una conducta o comportamiento).

 

Por último, te recomendamos dos lecturas sencillas y amenas:

  • En busca de Neurobiología de la emoción y los sentimientos de Antonio Damasio.
  • ¿Para qué sirve el cerebro?: Manual para principiantes de Javier Tirapu.