La felicidad que hemos comprado

Con la época “más feliz del año” a la vuelta de la esquina, no podía dejar pasar la oportunidad de hablar del gran temón que nos persigue cada minuto de nuestra vida.

Sí, la Felicidad… aquí está de nuevo.

Y confieso que la traigo con algo de miedo; temiendo que pases de largo, hastiado de volver a ver otro artículo más hablando sobre felicidad. 

Pese a ello, tengo la esperanza de que sigas leyendo y de desvelarte algunos trucos. Porque sinceramente creo que la típica frase hecha que nos contaban las abuelas es la pura verdad.

La felicidad, no está en la meta, sino en el camino.

la-felicidad-que-hemos-compradoParece fácil, ¿no? Sin embargo, ¿no tienes la sensación de que en los últimos años, todos hemos comprado otra cosa? Esta es la felicidad que hemos comprado:

 

Cuando consiga ESO*, entonces seré feliz.

 

*ESO = coche /casa/ sueldo/ pareja/ barco/ coche más caro/ 

casa más grande/ sueldo más alto/ pareja más joven…

 

LAS TRAMPAS DE LA FELICIDAD QUE HEMOS COMPRADO

El concepto de felicidad o bienestar subjetivo (en la actualidad se usan de forma indistinta, pese a que el bienestar es un concepto más global), oculta dos trampas que te cuento a continuación.

Simplificando, la felicidad es la evaluación que hacemos de nuestra vida y tiene dos componentes: el cognitivo, que es el juicio racional que hacemos sobre nuestra satisfacción vital; y el afectivo, que es la valoración que hacemos sobre nuestras emociones y estados de ánimo.

  • ¡TRAMPA 1! El componente afectivo de la felicidad tiene, a su vez, 2 dimensiones: la frecuencia y la intensidad. Pues bien, se ha demostrado que la dimensión que genera mayor impacto en la experiencia de bienestar es la frecuencia. 

Es decir, nuestra felicidad es mayor cuando experimentamos emociones positivas de forma frecuente, aunque sean de intensidad muy baja o moderada.

De lo anterior, podemos concluir que buscar lo espectacular, lo sublime y lo más intenso para ser felices, tiende a estar abocado al fracaso e, incluso, puede provocar el efecto contrario a medio y largo plazo. 

Esto es debido a que esas experiencias tan intensas se acaban convirtiendo en puntos de referencia (línea base) con las que comparar otras experiencias que, pese a poder ser placenteras, no llegan a tal nivel. Por tanto, cada vez necesitaremos emociones más intensas para llegar a los mismos niveles de felicidad.

¿Te suena? Coche más caro, casa más grande, puesto más alto… y nunca es suficiente.

 

  • ¡TRAMPA 2!  Si a lo anterior le sumamos otro concepto, que es el de la rutina, entonces estamos perdidos. Existen evidencias de que los seres humanos tenemos una tendencia natural para adaptarnos a los cambios que suceden en nuestras vidas. A este hecho se le llama adaptación hedónica

Por lo tanto, si nuestra meta en la vida es lograr algo, para ser felices (felicidad como fin último), estos cambios vitales logrados llegan a un punto en el que dejan de tener efecto. Nos adaptamos y los damos por sentado. Adiós felicidad.

¿Te vuelve a sonar? Coche más caro, casa más grande, puesto más alto… y nunca es suficiente.

 

LA TEORÍA DE LA FELICIDAD SOSTENIBLE

En 2005 un grupo de investigadores (Lyubomirsky et al.) postuló la Teoría de la Felicidad Sostenible, según la cual, nuestra felicidad estaría determinada no sólo por factores genéticos o ambientales, sino también (en un 40%) por las acciones intencionadas que ponemos en marcha. Es decir, podemos intervenir activamente en nuestra felicidad.

la-felicidad-que-hemos-compradoLa condición fundamental es que dichas acciones:

  • Sean intencionadas, en el sentido de estar orientadas a metas significativas y con propósito para el individuo.
  • Supongan un esfuerzo, aunque sea mínimo (movilicen hacia el cambio).
  • Y sean diversas y variadas (para escapar de la rutina / adaptación hedónica).

 

Por tanto ¿Y si, en vez de fijarte como meta final “Ser feliz”, te fijas como meta la adopción de nuevas actividades vitales, diversas y con significado, que te permitan tener momentos de felicidad más frecuentes (aunque menos intensos) y más sostenibles en el tiempo?

 

PRACTICAR LA FELICIDAD EN EL CAMINO

Son muchas y variadas las actividades vitales que pueden ayudarte a incrementar tu felicidad durante el camino, ampliando tu repertorio de pensamientos y emociones. Aportándote una visión más optimista de la vida.

Aquí te proponemos el reto de que incorpores sólo 3 de ellas a tu vida y de que las practiques cada día. 

  1. Identifica tus fortalezas y ponlas en práctica. Te recomiendo revisar las 24 fortalezas de Seligman, padre de la Psicología Positiva. Pueden ser el humor, la creatividad o la curiosidad. Si las tienes, ponlas en práctica. Eres lo que haces, no lo que dices que haces. Conseguirás no solo incrementar tu sentimiento de valía, sino también, proyectar en los demás tu verdadero yo.
  2. Da un significado positivo a las situaciones más cotidianas. Para y mira a tu alrededor. Toma un café sin prisas, solo o acompañado, da un paseo, etc. Tras la pandemia, muchos empezamos a dar verdadero valor a cosas cotidianas que antes dábamos por sentadas y de repente perdimos. Saborea más.
  3. Sé amable y expresa gratitud. Ser amable no es dar lo que te sobra (tiempo, dinero…). Ser  amable es hacer algo desinteresado por otros, aun suponiéndote un coste y un esfuerzo personal. Y muéstrate agradecido, con lo que ya tienes y con los que te rodean. 

la-felicidad-que-hemos-compradoEstas acciones puestas en práctica te conectarán contigo mismo y con los demás, mejorando tus relaciones interpersonales, que suponen un factor determinante en el incremento de tu felicidad y de tu bienestar subjetivo. 

Y, como siempre, recuerda que esto no deja de ser un artículo de opinión que, aunque a priori ofrece una receta fácil, no siempre lo es. Y que no siempre que quieres, puedes.

Si necesitas ayuda, pídela, conecta con tus amigos. Y si piensas que necesitas ayuda profesional, acude a profesionales de la salud mental (sanitarios): psicólogos o psiquiatras.