Acoso escolar

En los últimos años, se ha producido un cambio en la sociedad que ha puesto en el punto de mira la violencia en distintos ámbitos de las relaciones sociales, lo cual, ha permitido una mayor visibilidad de fenómenos como el que aquí comentamos hoy.

El acoso escolar o bullying es una problemática social importante que merece especial atención dada su prevalencia y los efectos significativos en la salud mental y el bienestar de quienes lo padecen. La ausencia de estudios años atrás, no permite esclarecer si a día de hoy existe una mayor incidencia y gravedad de este fenómeno o si, actualmente, se le da la importancia que merece en comparación con antaño, y por ello, se ha empezado a visibilizar en mayor medida.  

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¿Qué entendemos por acoso escolar?

El acoso escolar es cualquier forma de maltrato – psicológico, verbal o físico-  (insultos, amenazas, agresiones físicas, exclusión, etc.) producido por uno o varios agresores hacia una víctima, de manera reiterada en el tiempo y donde existe una desigualdad de poder entre agresor y víctima.

Con esto, es importante tener en cuenta que se trata de una conducta: 

  • Intencionada: donde la persona que agrede ejerce una conducta deliberada con el propósito de dañar o humillar a la otra persona. 
  • Persiste en el tiempo: el maltrato se da de forma reiterada. A diferencia de episodios aislados de violencia que, aunque igualmente no deben ser tolerados, no se consideran acoso escolar.
  • Existe un desequilibrio de poder: la persona agresora actúa con el deseo de dominar al otro y, la víctima, se encuentra en una situación de indefensión.

En los últimos años, ha surgido una nueva modalidad en el ejercicio de este tipo de violencia, a través de las redes sociales, que se conoce como cyberbullying. Este emergente, ha supuesto que el acoso no se produzca únicamente en el entorno escolar sino también en lo que entendemos por ciberespacio. Esto puede dificultar su prevención e intervención y puede ser más victimizante para quienes lo sufren, al tener mayor dificultad para “escapar” del mismo.

Consecuencias

El acoso escolar no es un proceso aislado que tenga lugar únicamente entre víctima y agresor sino que se desarrolla en un contexto social amplio. Por ello, en este fenómeno grupal, existen tres tipos de protagonistas: agresor, víctima y espectadores. Pueden oscilar entre los que apoyan a los acosadores o a las víctimas, o los que permanecen más “pasivos” ante la violencia.

Debemos tener en cuenta que el acoso escolar tiene consecuencias, aunque de diferente magnitud, para todos ellos.

Por un lado, para las víctimas, el bullying puede generar consecuencias emocionales y psicológicas muy negativas tales como: baja autoestima, estrés, depresión, insatisfacción vital o problemas psicosomáticos, entre otros.

En el otro lado, los agresores pueden desarrollar falta de empatía y de habilidades sociales, dificultando el establecimiento de relaciones sanas en el futuro, estableciéndose creencias erróneas sobre el uso de la violencia, además de tener implicaciones legales.

Por último, tanto los espectadores como la víctima y los agresores, deben enfrentar un escenario de violencia en el centro escolar, con las consecuencias que eso conlleva al constituir uno de sus principales ambientes de desarrollo individual y social.

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¿Cómo actuar?

Existen en la literatura muchos factores de vulnerabilidad (individuales, familiares, escolares) para terminar desarrollando cualquiera de estos papeles. Por ello, es importante trabajar en la prevención, tanto desde las escuelas como desde el hogar, educando en el buen trato para que los menores puedan detectar la violencia y evitar ejercerla. Sin embargo, cuando la prevención falla y se detecta el acoso escolar, es importante intervenir, no sólo con las víctimas sino también con las personas agresoras.

Los centros escolares desarrollan sus propios protocolos de prevención, detección e intervención sobre el acoso escolar que quedan recogidos en sus Reglamentos de Régimen Interno. Es importante que, si eres padre o madre de algún menor que está sufriendo o ejerciendo acoso escolar, puedas ponerlo en conocimiento de su centro educativo para que lleven a cabo las acciones pertinentes.

Por un lado, el trabajo con las personas agresoras que ejercen el bullying es primordial para el cese del mismo. Es importante hacerle comprender las consecuencias de sus acciones en los demás y ayudarle a desarrollar empatía y habilidades sociales positivas. Igualmente, es necesario establecer consecuencias sobre sus actos y que pueda responsabilizarse de los mismos para promover el cambio. Si alguien te ha comentado la posibilidad de que tu hijo o hija esté siendo agresora:

  • Habla con él/ella sobre su comportamiento y ayúdale a comprender el impacto de sus acciones. Es importante intentar promover la empatía.
  • Establece consecuencias coherentes y consistentes sobre su comportamiento.
  • Ponlo en conocimiento del centro educativo si aún no tienen constancia de la situación.
  • Si su comportamiento persiste en el tiempo o se agrava, es importante poder buscar ayuda para trabajarlo.

Por otro lado, el trabajo con la víctima de acoso escolar es fundamental para abordar las consecuencias psicológicas y emocionales del mismo. Es importante crear un entorno de seguridad que permita que pueda expresar sus experiencias y necesidades, siendo validado y reconocido. Si alguien te ha comentado la posibilidad de que tu hijo o hija esté siendo víctima:

  • Escucha y valida sus emociones, mostrándole apoyo y afecto. Es importante que no todos los temas de conversación con los menores sean sobre el acoso, son más cosas que eso, y que podamos desculpabilizarles de recibir esa violencia. 
  • Ponlo en conocimiento del centro educativo o, si por edad procede, acompáñale a compartirlo con su persona de referencia.
  • Facilítale estrategias de seguridad, como alejarse de la situación o pedir ayuda hacia algún adulto cuando se sienta inseguro.
  • Fomenta las actividades sociales en entornos donde pueda establecer relaciones sociales saludables.
  • Si consideras que presenta sintomatología elevada (problemas de sueño, sintomatología ansiosa o depresiva, dificultades en el establecimiento de relaciones sociales, etc.) mantenida en el tiempo, es importante poder buscar ayuda para trabajarlo.

Y recuerda que…

El acoso escolar es una problemática social que puede tener efectos a largo plazo en la salud mental y el bienestar de los menores. Si consideras que no cuentas con las herramientas suficientes para acompañar a una persona que lo está sufriendo o ejerciendo, no dudes en buscar ayuda.

En Pons Psicología, podemos ayudarte.