Adolescentes

Puede que no te hayas dado ni cuenta, pero “tu bebé” ya ha crecido y ahora tienes en casa a una persona maravillosa, en uno de los momentos vitales más cruciales para el ser humano: la adolescencia. Es el momento de dejar atrás la infancia para que tu hijo se incorpore paulatinamente al mundo de los adultos.

La edad de inicio de la adolescencia depende de varios factores. Hay niños que empiezan a mostrar algunos signos a los 12 años e incluso a los 11; y hay otros en los que prácticamente no se percibe esta época de transición.

Se caracteriza por una búsqueda de identidad: quién soy, qué quiero. Y con ello va asociada la necesidad de mayor independencia de la familia e identificación con amigos a través de actividades con iguales y de una intensa vida social.

Es una época de mucha energía y capacidad de creación, búsqueda de nuevos retos, formación de pensamientos más complejos, una propia ideología, etc. Bien llevada puede ser una época de gran disfrute para el propio adolescente y para todos los miembros de la familia.

Sin embargo, es muy frecuente que se vivan desajustes en esta época: rebeldía, ruptura de normas, necesidad excesiva de exploración y conductas de riesgo. Pueden aparecer problemas de imagen y trastornos de alimentación; abuso de sustancias, bloqueo en la comunicación familiar, inadecuada gestión de la ira o la tristeza; bajadas en el rendimiento escolar y desmotivación por los estudios, problemas en la adaptación e integración con amigos, etc.

Si aparece cualquiera de estos signos, es importante estar atentos para gestionarlos a tiempo. Aprender a escucharlos y detectar qué les ocurre. Que sientan que tienen un apoyo y referencia. Y a la vez, que su opinión importa y que entendemos su valiosa búsqueda de identidad.

Este momento es tan importante para los adolescentes como para los padres, siendo crucial el generar un contexto familiar de apoyo y comprensión con un adecuado balance entre límites y libertad.

A menudo, también ayuda en consulta trabajar con los padres para encontrar esas pautas de manejo ante las situaciones más difíciles.

Trabajar en consulta con adolescentes es un verdadero regalo. Te encuentras frente a una persona con dudas, miedos e inseguridades, propias del momento tan importante por el que atraviesan. Pero sobre todo, ante alguien con ilusión, lleno de energía y con potencial para llegar a ser una persona emocionalmente sana con toda una vida por delante de la que poder disfrutar.